El sector de los teclados para jugones está dominado por los modelos con interruptores mecánicos, aunque personalmente prefiero los ópticos. No es que se note una gran diferencia entre unos y otros, pero suelen tener una sensación y sonido distintos. Y muy distintos son los ópticos de perfil bajo que Razer utiliza en el Deathstalker v2 Pro, que es un teclado que prácticamente no tiene rival en el mercado por méritos propios.

Videoanálisis

Desembalado

El Deathstalker v2 Pro de Razer llega en la habitual caja negra y verde que usa la compañía en sus productos con la información suficiente sobre el producto que se ha comprado. Eso incluye los interruptores óptico de perfil bajo, la conectividad variada o una buena autonomía con la iluminación RGB encendida. La parte posterior abunda en esta información de la portada.

Nada más abrir la caja se puede ver el teclado protegido en una funda de plástico. En el interior de la tapa hay un inserto con el manual de uso y las habituales pegatinas del logo de la compañía. Levantando una pieza de cartón se ve en una bolsa el cable y un adaptador USB tipo A a USB tipo C para poner en él el adaptador USB inalámbrico incluido.

El modelo recibido es en color negro, aunque también se puede comprar en color blanco a través de la tienda web de Razer. La disposición del teclado es la española, aunque en tiendas se encuentra principalmente la versión con la estadounidense. Si no se ve en tiendas, siempre se puede comprar en cualquier momento con la española desde la tienda web de Razer, aunque a su PVPR de 250 euros, salvo ofertas puntuales que haga la compañía.

La primera sensación que da el teclado al cogerlo es de que es ligero, bastante más que los teclados mecánicos normales. Al final se trata de un modelo de perfil bajo, los cuales considero más aptos para trabajar además de para jugar, aunque los interruptores incluidos, ópticos rojos (lineales), estén más pensados para jugar. Se pueden comprar con interruptores óptico púrpuras (táctiles sonoros) para los que le vayan a dar mayor uso ofimático.

Las teclas son de perfil bajo, de apenas tres milímetros de altura, pero dan muy buena sensación al tacto. Quizás se muevan un poco más de lo habitual, pero por su diseño es normal y realmente no me ha molestado. En la parte superior derecha hay un botón de reproducción/pausa y una rueda de volumen que al clicarla silenciará el audio.

El cable tiene una longitud de 1.8 m, con un conector USB tipo C que va al teclado y un USB tipo A que iría al PC. Está forrado con tela trenzada, dando muy buena sensación de calidad. Tiene una goma para recogerlo.

En la parte inferior hay varias almohadillas de goma que fijarán suficientemente bien el teclado sobre la mesa. Al pesar poco quizás pueda ser más fácil de mover que los habituales modelos extendidos que pesan sobre 1.2 kg, pero tras probarlo durante unos diez días no he notado ningún problema con ello. De hecho, he agradecido que se pueda mover más fácilmente.

También hay una tapita debajo de la cual está el adaptador USB inalámbrico en la banda de los 2.4 GHz. Las patas del teclado permiten el ajuste en dos alturas distintas adicionales. Debido a que las teclas son de perfil bajo he notado el teclado muy cómodo de usar sin reposamuñecas, y no creo que haya mucha gente que pueda echarlo de menos. Los dos ajustes de inclinación de las patas permiten que se amolde bien a la mayoría de usuarios, aunque como siempre esto es algo muy subjetivo.

La conectividad de este Deathstalker v2 Pro es muy variada y los controles están en la parte trasera del teclado. Ahí se puede ver la toma USB tipo C de alimentación y uso cableado, un interruptor con tres posiciones (apagado, Bluetooth o adaptador USB), y tres botones para cambiar entre tres dispositivos Bluetooth sincronizados. Es una conectividad totalmente estable con la que no he tenido problemas.

Características

Este teclado tiene un tamaño de 437 mm × 139 mm × 27 mm con un peso de 767 g, por lo que no es especialmente pesado para un extendido. Tiene una buena construcción con parte superior de aluminio. Las teclas están hechas en ABS siendo de perfil bajo, por lo que no son especialmente altas; solo tienen unos 3 mm. La iluminación RGB configurable por tecla tiene un alto nivel de brillo con el que es difícil tener quejas.

Los interruptores ópticos con los que está disponible este Deathstalker v2 Pro son los rojos y los púrpuras. Los rojos ópticos de perfil bajo son lineales con el punto de actuación a 1.2 mm, mientras que los púrpuras lo tienen a 1.5 mm además de que son táctiles con clic sonoro. Necesitan una fuerza de actuación ligeramente mayor que los ópticos normales de Razer, pero eso lo sitúa en los 45 gf y 50 gf, apenas un poco más. El recorrido total es de 2.8 mm.

Deathstalker v2 Pro de Razer
Dimensiones437 mm × 139 mm × 27 mm
Peso767 g
ConexiónUSB, Bluetooth, adaptador USB inalámbrico
Cable1.8 m
Interruptoresópticos rojos de Razer
Muestreo1000 Hz
Teclas multimediabotón reproducción/pausa, rueda de volumen clicable
Detección individual de teclascompleta
Memoria interna5 perfiles
Autonomíahasta 200 h (Bluetooth, sin RGB)
ExtrasRGB por tecla, conexión Bluetooth con tres dispositivos
PVPR249 euros (julio 2022)

Su vida útil está tasada en setenta millones de pulsaciones por lo que no será un problema. Además, se pueden retirar fácilmente, incluso en caliente, siendo compatibles con los MX de perfil bajo de la alemana Cherry. Lo mismo se aplica a las teclas ABS, aunque puede ser algo más difícil o caro encontrar repuestos para este teclado, sobre todo si se busca cambiar algún interruptor o tecla suelta. Razer asegura que las teclas ABS inscritas por láser como las que ha usado tienen una durabilidad superior a las PBT de doble inyección, pero no es algo que pueda comprobar usándolo un par de semanas.

En el día a día estos ópticos rojos de perfil bajo dan muy buena sensación de tecleo, aunque el punto de actuación a 1.2 mm provocará al principio falsas pulsaciones. Todo es cuestión de acostumbrarse. La mayor fuerza de actuación es para intentar introducir un poco más de retención para evitarlo, y en general lo consigue suficientemente bien. Me han parecido unos interruptores muy buenos para pasarme todo el día tecleando, aunque preferiría los táctiles si no fuera por el clic sonoro.

La conexión inalámbrica es de baja latencia y no he notado ningún problema en el día a día. Incluye Bluetooth 5.0 con capacidad para emparejarse con hasta tres dispositivos a la vez entre los que se puede cambiar con los botones del frontal. Hay una memoria interna capaz de almacenar cinco perfiles de configuración distintos.

En cuanto a la autonomía, Razer habla de hasta 200 horas de uso, aunque eso será con Bluetooth y sin la iluminación. Si se activa la iluminación RGB y el efecto arcoíris, la autonomía vuela: durará sobre las quince horas a un nivel de brillo máximo. Si se muestra un color estático a un brillo medio podrá aguantar sobre las cincuenta horas. Cualquier efecto de iluminación añadirá consumo por procesamiento de los cambios de iluminación o color y durará menos.

En general, la autonomía me parece bastante buena si no se pone la iluminación. Razer indica que será solo algo inferior usando el adaptador USB, y al menos no he notado que sea mucho peor, solo algo peor, sin más. En mi caso, podría usarlo al menos un par de semanas trabajando. Como ahora en la mayoría de escritorios hay un cable USB tipo C siempre conectado al PC para recargar el móvil y otros dispositivos, la autonomía en realidad no debería de ser un problema.

Programa de configuración

El programa de configuración para el Deathstalker v2 Pro se llama Synapse 3.0, y probablemente es el mejor de entre todas las compañías de periféricos. Cubre bien todos los apartados de configuración del teclado, incluida la posibilidad de guardar cinco perfiles distintos en la memoria del teclado con la posibilidad de cambiar al vuelo. Personalmente suelo configurar los periféricos, guardo el perfil en ellos, y desinstalo estas aplicaciones porque muchas veces pueden hacer bastante uso de la CPU incluso cuando no se están usando. No suele ser el caso de Synapse 3.0, pero de vez en cuando también le da por ello.

Las pestañas para la configuración del Deathstalker v2 Pro están bien organizadas. Se pueden modificar todos los parámetros, como el muestreo o la asignación de funciones a teclas, aunque no todas las funciones se van a guardar en la memoria interna del teclado. Hay un apartado específico para la iluminación RGB configurable por tecla para poder sincronizarla con otros dispositivos compatibles con el sistema Chroma RGB de Razer.

Para productividad o juegos, es un teclado perfecto

La mayor parte de mi tiempo delante de un PC la paso trabajando, por lo que un teclado mecánico no es lo ideal para ello. Para ese uso los interruptores MX marrones son mejores si también se quiere jugar de vez en cuando, pero al tener gente cerca pueden resultar molestos, y lo son en casa cuando hay gente durmiendo o tratando simplemente de descansar. Por eso estos interruptores ópticos rojos de perfil bajo me han gustado especialmente: hacen un ruido bastante bajo.

El Deathstalker v2 Pro es un teclado que cambiaría a mi principal sin dudarlo, aunque preferiría el modelo compacto a este. Pero a lo que voy es que estos interruptores me han permitido pasarme horas y horas tecleando cómodamente. Además es un modelo que tiene todo lo que busco: posibilidad de varias conexiones inalámbricas —necesito dos para cambiar entre el Mac Studio en el que trabajo y el PC con el que juego—, un tamaño comedido y unos interruptores medianamente silenciosos.

El hecho de que estos interruptores rojos tengan el punto de actuación a 1.2 mm hace que sea muy fácil realizar pulsaciones no intencionadas, como por ejemplo dobles pulsaciones. Por el tipo de teclados que he usado de toda la vida tengo la costumbre de arrastrar los dedos por encima de las teclas en lugar de separarlos, y eso al principio hace que me juegue malas pasadas. Me costó un día de escribir reducir al mínimo esas pulsaciones involuntarias, pero tras varios días de uso no he conseguido evitarlas completamente. Esto es algo totalmente personal, pero me gusta advertir sobre estos interruptores de punto de actuación tan cercano. Los púrpuras, que son táctiles y por tanto con una retención en el punto de actuación, serían mejores para mí.

Al ser interruptores de perfil bajo no se necesita un reposamuñecas y me resulta más cómodo de usar, aunque soy alto y tengo la mano alargada. Las patas con dos alturas posibles va a cubrir bien las necesidades de inclinación de la inmensa mayoría de usuarios. La calidad de la fabricación es muy buena, con una base de aluminio. Los controles multimedia son adecuados, aunque prefiero la rueda tipo dial. Junto con Synapse 3.0, este teclado es de los mejores que he probado jamás, aunque no sea el habitual teclado para jugones sino que apela más a un público más amplio. Quizás por ello lo sea.