House of Cards es una de esas series que, o te gusta mucho, o la odias. No deja indiferente a nadie. El tema central de la serie es la lucha por el poder en los pasillos del Congreso de los EE.UU y de la Casa Blanca, en el que refleja bastante bien el movimiento de favores e idas y venidas de la política estadounidense. Con una buena dosis de ficción, por supuesto.
Kevin Spacey es un gran actor, y en esta segunda temporada de House of Cards su personaje, Frank Underwood, sigue siendo igual de manipulador, aunque las cosas no le van saliendo tan bien al principio como en la primera temporada. El punto de partida como vicepresidente de los EE.UU se le va a atragantar durante la mitad de los episodios.
Robin Wright, la ganadora de un Globo de Oro por el papel que vuelve a encarnar de Sr. Underwood. Comparte el objetivo de poder de su marido, y realizará los sacrificios que sean necesario para alcanzarlo a lo largo de la temporada. Al fin y al cabo, y en EE.UU, las mujeres de los Presidentes y Videpresidentes del país también tienen una importante agenda social y cultural para promover intereses del partido al que también representan (ya sean demócratas o republicanos).
No voy a contar nada de la trama, ya que es mejor verla para creerla. Eso sí, hay algunos episodios que cambiaría cosas de ellos, pero en general mantiene el interés del espectador y nos hará preguntarnos que qué puede salirle mal a Underwood. ¿Todo? Quizás. Pero además hay sorpresas de calado, que empiezan en el mismo primer episodio y que te pueden dejar diciendo si ha ocurrido lo que has visto.
En esta temporada Spacey se dirige bastantes más veces al espectador en sus diálogos, y es algo que realmente se agradece. No ya por que suela contarnos lo que está pasando realmente por su cabeza, si no por que en la primera temporada durante varios episodios lo hizo poco o nada y es fundamental para entender la serie que el espectador conecte plenamente con Underwood. Hablar con el espectador es la forma que tienen de hacerlo los guionistas y por lo que realmente engancha.
Netflix está escogiendo bien las series que contrata, y el formato de "ver toda la temporada a la vez" siempre sienta bien. Me encanta darme atracones de series, y si además son de temporadas de 13 episodios, mejor que mejor. House of Cards tiene renovado el contrato con Netflix por una temporada más, con Spacey como productor ejecutivo de la serie. Creo que es uno de los mejores papeles que ha tenido en la pequeña y gran pantalla, y eso que ha ganado dos óscars en su trayectoria profesional.