Los guionistas de cómics con una trayectoria profesional en paralelo con una carrera en otro campo son escasos. Muchos de los que trabajan en otros sectores suelelley y desordeney y desorden s estar relacionados, de una u otra forma, con la escritura, principalmente en el cine y la televisión, como Allan Heinberg o Geoff Johns. No es el caso de Charles Soule, uno de los más recientes colaboradores tanto de Marvel como de DC Comics, quien ha desarrollado su trayectoria profesional en la abogacía antes de ponerse delante del procesador de textos para hacer guiones de cómic.
Soule es una de las estrellas emergentes en el campo. Tras desarrollar los guiones de series como 'Letter 44', 'Superman/Wonder Woman', 'Swamp Thing' y 'Thunderbolts', su buen hacer ha sido rápidamente apreciado por Marvel, quien antes incluso de hacerle un contrato de exclusividad, ya le había invitado a sus retiros de escritores. Para que os hagáis una idea de la importancia de estos retiros, en ellos es donde se suelen plantear las líneas maestras de las historias por publicarse en la editorial a medio y largo plazo. La confianza depositada en él ha sido tan grande que le ha sido confiada la serie limitada de 'La Muerte de Lobezno', historia que normalmente debería haber sido asignada a uno de los pesos pesados de la editorial neoyorquina.
Antes de empezar el encargo de Lobezno, una de las series de las que se puso al frente fue la nueva tanda de episodios de 'She-Hulk', quien aquí siempre ha sido conocida como Huka. Así pues, tenemos a un abogado escribiendo las andanzas de la segunda abogada con doble vida más importante de Marvel, tras el Sr. Murdock, este último hoy día afincado en San Francisco. Los primeros seis episodios de esta serie acaban de ser publicados por Panini este octubre, en un tomo en su línea 'Colección 100%', linea que destaca por una presentación en rústica que es ciertamente superior a las ediciones en rústica de la propia Marvel Cómics, con páginas cosidas y cubierta de carton con solapas, en vez de cubierta de papel y páginas encoladas.
Acompañando a Soule en el volumen tenemos a dos dibujantes con estilos bien distintos. Durante los primeros cuatro números tenemos al español Javier Pulido, uno de los dibujantes patrios con más proyección en el mercado estadounidense y poseedor de un estilo muy personal, que siempre es efectivo y agradable. Su dibujo se adecua perféctamente al personaje, dotándo las viñetas de un fuerte dinamismo y a los personajes de una expresividad extraordinaria. El segundo dibujante, en los números cinco y seis de las grapas americanas aquí reunidas, es Ron Wimberly, cuyo estilo no casa tan bien con la serie como el de Pulido, pero que hace un trabajo competente, aunque desentona con el conjunto del volumen.
El volumen se lee muy bien. Las historias contenidas son muy interesantes, mezclando la propia vida personal de Jennifer Walters, la Amazona Verde favorita de todos, con su carrera de abogada. En esta nueva andadura, en vez de trabajar para un bufete consolidado, las circunstancias la acaban empujando a montar su propio despacho. Entre los secundarios tenemos a una de nuestras Marvel Divas, Gata Infernal, quien acaba trabajando para Walters, así como a una misteriosa ayudante legal llamada Angie Huang, quien no se separa de su mono, aún más misterioso, Hei Hei.
Entre los casos del volumen tenemos uno de propiedad intelectual por robo de tecnología, otro de asilo polítíco y uno que abarca todo el tomo en modo arco argumental y que será, sin duda alguna, una espina en el costado durante mucho, mucho tiempo, de la protagonista de la serie. Vemos desfilar a varios viejos conocidos durante las páginas, incluyendo a uno al que no veíamos desde, quizá, los fatídicos 90, el Vigilante Nocturno. A nivel de historia, los episodios incluidos no forman una saga autocontenida, como viene siendo habitual en el panorama editorial estadounidense. Aunque las historias no son episodios aislados, sí es cierto que de haber salido en grapa el lector podría haberse perdido algún episodio si hubiera querido, pues el guionista hace una recapitulación dentro de cada número cuando es preciso, dentro del marco de la historia en curso, no quedando forzada.
En cuanto a los personajes, Soule demuestra tener un gran conocimiento del Universo Marvel y de Hulka, sacando lo mejor de ella y de todos los personajes secundarios que aparecen, dando su visión sobre los mismos. De la protagonista demuestra por qué sus compañeros de profesión la quieren y respetan, y es porque Jennifer Walters se preocupa, no ya sólo de los casos, sino de la gente a la que estos afectan. Su conocimientos sobre leyes y sus procedimientos son puestos a buen uso ya que, cuando en la historia entran en temas legales, la trama y los diálogos que tienen relación con este ámbito no resultan para nada forzados. Este es un punto fuerte y, en cierta forma, Soule hace en este cómic lo mismo que John Grisham en sus novelas, hacer que el mundo del derecho forme parte de la trama, en un discreto segundo plano, pero empleándolo como herramienta para hacer avanzar las historias cuando es preciso. Una serie diferente, si quieres ver el mundo de las mallas de una forma distinta.