El pasado jueves, 12 de marzo, uno de los más importantes autores de fantasía de las últimas cuatro décadas falleció. Terry Pratchett, más conocido por las novelas de Mundodisco murió a los ocho años de habérsele diagnosticado una rara variante de Alzheimer.
Nacido en 1948, el escritor quiso ser astrónomo, por lo que se vio atraído hacia la ciencia ficción. Sin embargo, no pudo cumplir esta ambición por ser bastante malo con las matemáticas, habiéndose descrito él mismo como un estudiante promedio. Más que a la educación reglada, atribuyó su formación a haber leído “lo que había que leer”, según el mismo dijo, en la biblioteca pública de su ciudad natal, Beaconsfield.
Su carrera profesional comenzó en el periodismo, tras abandonar los estudios a los 17, escribiendo, entre otras cosas, relatos para niños, para un diario de la zona, el Bucks Free Press. De esta etapa surgiría su primera novela para niños, The Carpet People, en 1981.
Tras su paso por el periodismo, pasaría a ser Jefe de Prensa para la Junta Central de Generación de Energía, el monopolio público de electricidad británico, para una zona con tres centrales nucleares. Es en esta época cuando comienza a trabajar en El color de la magia, la primera novela de Mundodisco, que vería la luz en 1983. Poco a poco su obra comienza a ser popular, hasta que con su cuarta novela, Mort, de 1987, puede comenzar a ganarse la vida como escritor, por lo que deja su trabajo.
Aunque ha escrito novelas para niños y obras de ciencia ficción, su obra más famosa es el corpus de novelas ambientadas en Mundodisco, que combina la fantasía y la comedia con un éxito insospechado. En ellas no sólo parodia el género, siempre de manera afectuosa y con respeto por el mismo, sino lo toma como inspiración para satirizar la vida moderna, sean tendencias culturales, asuntos científicos o cuestiones políticas.
Con cuarenta libros de Mundodisco hasta el momento de su muerte, estos hicieron de él, hasta la llegada de Harry Potter, el autor más vendido en Gran Bretaña. Y también el más robado de las librerías, durante mucho, mucho tiempo. Su éxito le dio dinero, pero también reconocimiento en la forma de diversos premios literarios, nueve doctorados honoris causa y ser nombrado caballero, por sus servicios a la literatura, en 2009.
Pero no sólo escribió novelas ambientadas en su Mundodisco. También cultivó las novelas y relatos cortos para niños, el terror y la ciencia ficción, aunque es cierto que tras el éxito de su peculiar versión de la fantasía se centró en este género. También realizó colaboraciones con otros autores, como Neil Gaiman (en Buenos presagios), o con Stephen Baxter, con quien coescribió antes de morir tres novelas de ciencia ficción (La larga Tierra, La larga guerra y El largo Marte), con una cuarta que está pendiente de publicación. También fue autor de los dos libros del juego de rol GURPS basados en Mundodisco, publicados por Steve Jackson Games.
La enfermedad que ha acabado con él es una variante muy rara del Alzheimer, llamada Atrofia Cortical Posterior, en la que la parte posterior de la corteza cerebral se atrofia, causando demencia y problemas visuales. Esto acabó por hacer que sus últimas novelas las escribiera dictando a su asistente o empleando software de reconocimiento vocal. También le ocasionó problemas a la hora de escribir dedicatorias a sus fans en las firmas de libros, a quienes le gustaba escuchar qué pensaban de sus libros, pues ellos eran para él todo, ya que se le pagaba muy bien por escribir, según él mismo decía.
Realizó donaciones al Fondo de Investigación del Alzheimer y fue el protagonista de un documental en dos partes de la BBC, llamado Terry Pratchett: conviviendo con el Alzheimer, el cual ganó el premio BAFTA al mejor documental. Su situación le llevó a ser partidario de la muerte asistida, rodando otro documental en 2011 llamado Terry Pratchett: eligiendo morir, y que levantó polémica, no sólo por mostrar por primera vez en la televisión terrestre británica una eutanasia.
Sin embargo, y a pesar de ser un firme partidario de la eutanasia, finalmente las causas de su muerte fueron naturales. En las horas posteriores al anuncio de su muerte, numerosos amigos y admiradores le han dedicado homenajes en las redes sociales. Su propia hija, Rhianna, también escritora, escribió el epitafio de su padre en el Twitter de este a través de tres tuits:
AT LAST, SIR TERRY, WE MUST WALK TOGETHER.
— Terry Pratchett (@terryandrob) marzo 12, 2015
La influencia de su obra no puede ser desestimada. Su particular mundo, sostenido por cuatro elefantes a lomos de una tortuga que viaja por el espacio, le ha ganado un hueco en la historia de la literatura y de la cultura popular. Sin embargo, Mundodisco no está muerto. Queda una novela pendiente de publicación y él mismo afirmó que seguiría adelante de la mano de su hija. Además, está pendiente la serie de televisión The Watch, que continuará las andanzas de la Guardia de Ankh-Morpork que debería comenzar a rodarse este año. El autor habrá muerto, pero su obra está más viva que nunca.