Marvel Comics no tiene acceso a varios de sus personajes más conocidos e importantes, como son todos los relacionados con Los 4 Fantásticos y La Patrulla X. Sin embargo, hay que reconocer que están sabiendo sacar partido de personajes menores o que habían caído en el olvido dentro de la editorial. Uno de ellos es el Doctor Extraño, el Maestro de las Artes Místicas.
Tras la espectacular y muy entretenida Capitán América: Guerra Civil, la subsidiaria de Disney presenta una película que supone aventurarse en terrenos que, mal tratados, pueden arruinar una historia, como son la magia, otras dimensiones y la psicodelia. No obstante, el estudio dirigido por Kevin Feige ha conseguido una película que, aun siguiendo la fórmula habitual de la casa, afronta los retos anteriores con éxito.
Segundas oportunidades
Como todas las películas de Marvel Studios desde Iron Man que cuentan el origen de un personaje, Doctor Extraño dedica buena parte del metraje a contar quién es su protagonista. El doctor Stephen Strange es un hábil y afamado neurocirujano, quizá el mejor del mundo, pero cuya arrogancia es suprema. Su vida da un vuelco cuando sufre un accidente que le destroza las manos, viéndose apartado de lo que hasta entonces era su vida.
Buscando un remedio para recuperar el uso de sus manos, y así poder volver al quirófano y a su acostumbrado estilo de vida, acaba recalando en Katmandú, donde conoce a la Anciana y a Mordo. A partir de ese momento su vida da un nuevo giro, dedicándose a estudiar las Artes Místicas, reorientando finalmente su vida cuando un hechicero malvado, Kaecilius, se cruce en su camino, amenazando con destruir el mundo.
Un reparto mágico
El reparto de la película es una de sus mejores bazas. Benedict Cumberbatch borda a un personaje arrogante y egoista, pero con momentos en los que manifiesta una gran vulnerabilidad. Aunque muy parecido al Tony Stark de Robert Downey Jr., carece del toque pícaro de este último, quedando compensado por un cinismo e ironía mayores, que le hace igual de entretenido.
En cuanto a Tilda Swinton, actriz versatil donde las haya gracias a su físico y a su extraordinario talento, interpreta a la Anciana, una maestra de las Artes Místicas sobre la cual recae la pesada carga de liderar la defensa del mundo contra las amenazas mágicas. Su personaje es complejo, ya que guarda intenciones ocultas, pues todo en ella es un muro, con una actuación contenida y calculada, hasta que lo derriba en uno de los momentos más emotivos de la cinta.
Chiwetel Ejiofoor es otro de los magníficos actores de la película, con un peso importante en la trama. Mordo, que así se llama su personaje, es un aliado de Extraño, otro maestro de la hechicería y discípulo de la Anciana. Su personaje y el de Cumberbatch son muy parecidos, aunque una diferencia crucial es que Extraño es un relativista y Mordo un absolutista, algo que será importante en la parte final de la película.
Por su parte, Rachel McAdams queda reducida a personaje necesario, tanto como el interés romántico del protagonista, como a elemento de guión en puntos cruciales. Sin embargo, aporta solvencia y siempre es un placer verla en pantalla, pero podría haber sido sustituida fácilmente por Rosario Dawson, y así haber servido la actriz como el enlace entre las películas y las series de la Casa de las Ideas.
Un mundo atípico
El director, Scott Derrickson, y sus coguionistas demuestran un gran conocimiento del personaje y su entorno. Hay muchas referencias a la parte más mística del Universo Marvel, junto a referencias al Universo Cinematográfico Marvel que harán las delicias de los aficionados.
Visualmente la película es espectacular, mezclando conceptos de Harry Potter, Tigre y Dragón, Matrix y Origen, por poner algunos ejemplos. Las escenas en las que la realidad se retuerce sobre sí misma parecen surgidas de un cuadro de MC Escher, las cuales son espectaculares en 3D. Además, hay partes en las que se consigue con éxito trasladar los escenarios de Steve Ditko a la pantalla, al igual que la superposición del Plano Astral con el Plano Físico.
Por otro lado, la película sigue en la parte del origen del personaje la plantilla ya establecida por Marvel Studios. Sin embargo, la parte del desenlace es distinta, ya que opta por resolver el conflicto de otra forma y, aunque tenga las bien ejecutadas peleas que el público espera, no son determinantes. Cada vez que la película va por caminos distintos al resto de las de Marvel Studios, es cuando realmente brilla, demostrando que es posible mejorar la fórmula si hay ganas.
Hacia la Fase IV
A medio camino entre la fantasía y los superhéroes, Doctor Extraño puede atraer a un público bastante amplio. Es entretenida, tiene humor, acción, grandes actores y una trama que no es tan enrevesada como parece, a pesar de que haya mucha jerga mágica y varias dimensiones.
Conseguir adaptar un personaje como este es todo un mérito, tratando las amenazas mágicas mucho mejor que en Escuadrón Suicida. Fiel al cómic, es una película que habría funcionado muy bien en verano, aunque podría haber sido eclipsada por la competendia que ha habido en 2016. Habrá quien piense que Animales fantásticos y dónde encontrarlos puede eclipsarla, pero realmente se complementan, lo que puede animar al público de una a ver la otra y viceversa.
Uno de los peores aspectos de la película es lo desaprovechado que está Mads Mikkelsen, que no tiene suficiente tiempo en pantalla. Es una pena, porque podría haber sido la confrontación que muchos aficionados habrían querido entre Sherlock y Hannibal. Otro aspecto en contra es que la habitual fórmula del estudio empieza a ser repetitiva, resultando mucho más interesante en los momentos en los que se aparta de ella.
En resumidas cuentas, esta película es un agradable entretenimiento que sigue demostrando que Disney/Marvel sabe muy bien cómo tratar sus personajes en la gran pantalla. Algo de lo que la competencia tiene mucho que aprender. Si alguien duda en verla, debería darla una oportunidad al ser algo familiar pero distinto a lo habitual.