Puede parecer que el mercado de la fotografía es una guerra de megapíxeles, ISOs, veocidad de ráfaga, etc. Pero la realidad es que en el apartado profesional, tiene muchisimo peso la parte artística, que huye bastante de toda esta vorágine tecnológica y se asienta en los conceptos más tradicionales de la fotografía. En este nicho es en el que se centra casi por exclusiva Leica, lo cual explica que se hayan arriesgado a sacar el modelo M Monochom que solo saca fotos en blanco y negro.
Para quien no esté muy puesto en este mundo, Leica viene a ser en el mercado de las cámaras lo que Apple en el de ordenadores. Es decir, se desmarca del resto en cuanto a prestaciones y calidad, apelando a un estilo muy concreto. Por lo que teniendo en cuenta los precios que se mueven en la fotografía profesional, los de Leica pueden parecer completamente desorbitados, para este modelo se habla de 7000$ (aunque no es oficial) solo para el cuerpo al que habría que añadirle la óptica.
A pesar de ser solo en blanco y negro, no quiere decir que no se haya innovado en esta cámara. Ya que, el sensor de 18 megapíxeles, al no tener colores, tiene cada pixel perfectamente cuadrado y más pequeño, lo que se traduce en mayor detalle en la fotografía. Por lo demás, mantiene el sensor full-frame de 35mm y el enfoque telemétrico típicos de Leica. Las fotos se hacen por defecto en RAW, pero se pueden revelar directamente en la cámara aplicando efectos típicos de película fotográfica de blanco y negro, quedando ya en el formato JPEG más habitual.
Un verdadero capricho para cualquier aficionado o profesional de la fotografía. Se pueden ver muestras de esta y otras cámaras de Leica, en su blog oficial.