La puesta a la venta de la Wii U ha estado rodeada de ciertos comentarios sobre su coste de fabricación. Hace unas semanas Satoru Iwata, Presidente de Nintendo, decía que la Wii U se iba a vender por debajo de su coste de fabricación.
El precio de la consola está en los 299 euros por el set básico (saldrá en Europa el próximo 28 de noviembre), y en la caja viene la propia consola (con procesador multinúcleo de IBM, almacenamiento Flash interno y gráfica Radeon) y un mando con pantalla táctil de 6,2 pulgadas (resolución 16:9). Está claro que el precio de la caja dista mucho de lo que realmente deberían cobrar por ella.
Pero ahora Reggie Fils-Aime, Presidente de Nintendo América, ha explicado que la Wii U se ha puesto a la venta perdiendo dinero, pero con simplemente vender un juego cualquiera junto a la consola, la transacción termina siendo positiva para Nintendo.
"El objetivo del modelo de negocio es crear una base de hardware, y entonces crear una fuerte relación con el resto del software y experiencias para el consumidor. Y si somo capaces de hacerlo, entonces la compañía generará unos importantes beneficios".
La estrategia no es nada nuevo en el mundo de la tecnología. Es exactamente la misma que Google y Amazon han utilizado para vender sus tabletas de 7 pulgadas a coste de producción, y hacer dinero con las ventas de Google Play y tienda de aplicaciones de Android y de libros de Amazon.