Amazon tiene actualmente una gran presencia en la nube con sus AWS (Amazon Web Services), y realmente le está proporcionando grandes beneficios a la compañía (además de una dura competición de precios con Google). Aunque tienen que mejorar mucho, tampoco parece raro que la CIA haya podido decidir utilizar los conocimientos de los ingenieros de Amazon para construir una infraestructura en la nube para la agencia de espionaje por excelencia.
El contrato podría ascender hasta los 600 millones de dólares por su desarrollo, en un plazo de diez años. Esta infraestructura privada permitiría a la CIA el minimizar los costes de sus actividades, además de poder explotar lo que se conoce como Big Data (enormes cantidades de información) de una forma más eficiente y que actualmente no está centralizada y no se comparte entre diversos grupos de investigación. En el caso de la CIA, esa información incluiría, por ejemplo, los movimientos de sospechosos de terrorismo, actividades aparentemente no relacionadas entre sí que se den en distintos puntos del mundo, y un sinfín de cosas a las que se dedica la Agencia.
Los conspiranoicos creerán que servirá para tener a la población controlada, pero la utilidad en la lucha contra el terrorismo, ciberterrorismo y las nuevas amenazas es evidente.