El lanzamiento hace unas semanas del Moto G ha revolucionado bastante la gama media de los smartphones por su relación calidad-precio. Con la mejor pantalla que se puede encontrar ahora mismo en un terminal de 179 euros (por la versión de 8GB de almacenamiento interno), es un éxito de ventas asegurado para los que no se quieran gastar mucho en un teléfono (aunque tengas sus pegas).
Pero lo que más asombra es el afán al que está llegando Google por hacerse con el mercado de los smartphones a base de recortar beneficios. Si ya el Nexus 5 es un terminal con el que va a ganar muy poco, al Moto G le pasa exactamente lo mismo. La estimación que ha hecho TechInsights del coste de los componentes de la versión de 16GB de almacenamiento interno es de 123 dólares, cuando esta versión se vende por 199 dólares.
A eso hay que sumar los costes de fabricación, que suelen ser habitualmente unos 8 a 10 dólares. Puesto que 199 dólares es el precio de venta al público por parte de operadoras y tiendas, Motorola debería de vendérselo a las distribuidoras por más o menos entre un 50 y un 60 por ciento del precio de venta, o unos 100 a 120 dólares. Por lo tanto, es más posible que ni siquiera esté obteniendo beneficios con la venta de este terminal. En este caso, TechInsights dice que Motorola obtiene un 5 por ciento de beneficios por cada terminal, o unos 10 dólares, por lo que el precio de venta a las distribuidoras debería de estar en un 65-68 por ciento del precio de venta al público.
Esta estrategia de vender casi a precio de coste los terminales puede resultarle fallida a Google a corto plazo ya que los fabricantes de Android están obteniendo beneficios cero (salvo Samsung) debido a la alta competencia en el sector. Si además Google pone a la venta sus propios terminales a precio de coste, como está haciendo, ciertas compañías van a ser incapaces de competir con Google.
Vía: Slashgear.