Dos de las novedades de iOS 8, de la enorme cantidad de ellas que trae, son HealthKit y HomeKit. Una para mantener en un único sitio toda la información relacionada con nuestra salud, y la otra para controlar los dispositivos de domótica que tengamos instalados en nuestra casa. Pero como siempre, también depende de que las aplicaciones de terceros y su integración con ambos conjuntos de APIs.
Eso plantea, debido a lo sensible de la información que van a manejar, algunos problemas de privacidad. Antes de que surjan, Apple los ha empezado a zanjar. Los desarrolladores no podrán almacenar la información de HealthKit en iCloud (no van a salir del teléfono), sólo podrán compartir la información recogida por sus aplicaciones con terceros con el consentimiento expreso del usuario, las aplicaciones de diagnóstico o consejos de tratamiento de enfermedades sólo serán aprobadas remitiendo el permiso por escrito de las agencias regulatorias de cada país.
En cuanto a HomeKit, más de lo mismo: la información recopilada de las aplicaciones no podrá ser utilizada con fines publicitarios o minería de datos. Apple también ha añadido una serie de recomendaciones de uso de las nuevas Extensiones y TestFlight para evitar posibles abusos, y eso incluye normas en el desarrollo de las extensiones que modifican el teclado, como por ejemplo el tipo de teclas que deben de proporcionar. Tampoco permitirán extensiones que incluyan elementos publicitarios o compras dentro de aplicación.
La versión gold de iOS 8 se distribuirá previsiblemente a los desarrolladores la próxima semana durante la presentación del nuevo iPhone y cualquier otro producto que tenga preparado Apple (posiblemente el iWatch).