El año pasado ha sido duro para Samsung. Pensando que su política de inundar el mercado de teléfonos y que los consumidores optarían por sus productos simplemente por su renombre, durante la primera mitad del año siguió presentando teléfonos sin espíritu. Mientras tanto Xiaomi, Huawei y la propia Apple, o en defintiva todos los fabricantes de teléfonos, le comían ventas.

Una vez que se cayó del guindo, empezó a poner soluciones poco antes del verano ante unas expectativas de ventas para el tercer trimestre pobres y las ventas del Galaxy S5 que no se ajustaban a las expectativas iniciales. Incluso se rumorea que ha vendido un 40% menos de unidades de su teléfono insignia de las esperadas.

Ahora Samsung ha distribuido las primeras estimaciones de ventas durante el cuarto trimestre, el navideño y que para las compañías de electrónica es el fuerte. No son buenos datos, ya que habría ingresado 53 billones de wones (unos 48.000 millones de dólares al cambio) por ventas de productos e ingresos varios, que contrasta fuertemente con los 59 billones de wones del cuarto trimestre de 2013. Esto significa que ha habido una contracción en la evolución de ventas de la compañía. Malo para sus intereses y para los inversores.

De manera análoga, los beneficios de la compañía se situarían en los 5,3 billones de wones (4.800 millones de dólares) frente a los 8,31 billones de wones (7.800 millones de dólares) del cuarto trimestre de 2013. Ya que Samsung siempre quiere compararse con Apple, las cifras del cuarto trimestre de la compañía de la manzana son tremendamente prometedores, con unos ingresos en torno a los 65.000 millones de dólares y unos beneficios de en torno a los 14.000 millones.

Vía: TechCrunch.