El ejército estadounidense es uno de los que tienen mayor tendencia a actuar fuera de sus fronteras. Puesto que sus soldados terminan creando multitud de emplazamiento temporales, lo más habitual en zonas de conflicto es que terminen siendo objetivos de ataques con obuses y otros artefactos explosivos, pero al ser emplazamientos temporales, los edificios no cuentan con la mejor protección para los soldados.
Los ingenieros del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE. UU. han desarrollado un papel de pared compuesto por Kevlar entralazado con una película de polímero flexible. El objetivo es que, tras un impacto, no se desprendan escombros sobre los soldados del interior de estos edificios temporales, causándoles heridas.
No será un material capaz de evitar los efectos de un impacto directo de un misil, pero al menos evitará daños colaterales innecesarios. El ejército estadounidense también está trabajando en otras protecciones para los refugios como el MPD (Modular Protective System), paneles modulares que se pueden montar rápidamente por los soldados sin ninguna herramienta específica.
Este papel balístico todavía está en su fase inicial de desarrollo y por el momento no tiene un nombre oficial.