La base de internet es Internet Protocol (IP), un protocolo de comunicaciones sin el cual el mundo sería hoy día bastante distinto. Pero en última instancia todo se centra en que los equipos dispongan de una dirección IP que los identifique, y eso en IPv4 (la cuarta versión del protocolo IP) hay hasta 232 direcciones válidas, o unas 4 294 967 296.
Parecerán muchas, pero un mal reparto en los primeros compases del protocolo IP ha hecho que cada vez estas direcciones sean un recurso más escaso. En Norteamérica se han agotado las direcciones IP nuevas, por lo que se va a pasar al mercadeo de direcciones entre empresas. Esta región gestionada por ARIN (American Registry for Internet Numbers) incluye también diversos países del Caribe y el Atlántico.
Sólo quedan en torno a 500 bloques de rangos pequeños de direcciones IP (de 256 ó 512 direcciones), pero que se asignarán en el plazo de dos a tres semanas según el volumen de solicitudes. Eso significa que las grandes operadoras no podrían asignar nuevas direcciones IPs a sus clientes (generalmente cada usuario doméstico recibe una, aunque sea de manera temporal al arrancar el equipo), pero suelen tener reservas y abultadas cuentas bancarias para comprar más direcciones IP a terceros.
Aunque no lo he comentado todavía, la ventaja de IPv6 es que sus direcciones son de 128 bits en vez de 32 bits como en IPv4, lo que arroja un total de 2128 direcciones IP posibles, o 6,7 × 1017 direcciones en total. Muchas.
Hay IPv4 todavía para años
Digo que están mal repartidas porque por ejemplo la Universidad de Harvard tiene en torno a 200 000 direcciones IP. Con técnicas que fueron apareciendo después de la implantación del protocolo IP como el NAT (Network Address Translation, o traducción de una IP de red local/privada en una IP pública mediante el router u otro equipo de red), es difícil justificar que una universidad disponga de tantas direcciones IP públicas y en su lugar no vayan a parar a otras empresas y particulares que realmente las necesiten.
Llevo escuchando que IPv6 se iba a instaurar en breve desde hace al menos una década mientras trabajaba en Telefónica. La misma situación que con el "NFC se va a implantar ya que ya, el próximo año", y tampoco termina de ocurrir. En el caso de IPv4, sólo hace falta que una empresa venda parte de sus IPs a otra empresa para que IPv6 siga retrasándose. Hay cientos de millones de direcciones que no se están usando.
Mediante métodos como el NAT incluso las operadoras pueden mantenerse fuera durante varios años de IPv6, aunque en las redes troncales o backbone de internet ya se esté usando en mayor o menor medida. El mayor problema para implantar IPv6 es que muchos equipos en red de empresas más o menos grandes son incompatibles con IPv6 y por tanto quedarían fuera de las redes modernas, aunque en principio IPv6 tiene compatibilidad hacia atrás con IPv4.
Pero los que trabajéis en redes o sistemas informáticos ya sabéis cómo son estas cosas de las migraciones: siempre dan problemas. Hay que reconfigurar muchos equipos, incluidos enrutadores, cortafuegos y demás, y en algún momento surgirá un problema. Y según cómo están montadas las redes de empresas como Telefónica, miedito me da la migración.
Despliegue lento de IPv6
El coste de cada dirección IP se sitúa actualmente entre 6 y 8 dólares, aunque en las regiones con menos IPs asignadas son algo más caras. Para operadoras son fácilmente amortizables, y para pequeñas empresas que las necesiten para, por ejemplo, su servidor web, también. Pero a la larga, con tanto teléfono inteligente que cada uno necesita una IP, tanto dispositivo vestible que en un futuro cercano también tendrán en su mayoría su propia conectividad móvil, y tanto dispositivo en general, habrá que migrar totalmente a IPv6.
Se calcula que eso ocurrirá en tres a cinco años. Veremos si no son 10 ó 15, porque además cada vez es más frecuente el NAT sobre NAT, aunque es una práctica poco recomendable debido a los problemas de gestión de red que conlleva (¿está fallando el primer NAT, el segundo NAT, o el problema está en otra parte?).
El mapa del mundo anterior muestra en blanco los países en los que no hay IPv6 desplegado en sus redes nacionales, en verde zonas donde hay IPv6 en uso a mayor velocidad que IPv4, y en rojo países con poco IPv6 y peor que IPv4. Como veréis todavía queda mucho trabajo por hacer en este terreno.
Vía: Ars Technica.