Hay una tendencia general entre los usuarios de teléfonos Android de segunda generación (aquellos que ya han tenido un Android previamente) de mirar ciertos aspectos de los nuevos teléfonos como el software con el que llegan preinstalado o la política de actualizaciones de las compañías. En el primer caso, hay muchas que se dedican a instalar crapware o aplicaciones que tienen poca o ninguna utilidad.
El que más utiliza esta táctica para promover sus propios servicios es Samsung, pero en China están hartos de ello y le ha valido una demanda. Pero además es una demanda oficial puesto que la ha realizado la Comisión de Protección del Condumidor de Shanghái, aunque junto a Samsung también ha sido demandada Oppo.
La comisión estudió 20 teléfonos inteligentes y concluyó que muchas de las aplicaciones que venían preinstaladas no se podían desinstalar y que además utilizaban la tarifa de datos de los usuarios. La comisión pone de ejemplo al Galaxy Note 3, que incluye 44 aplicaciones preinstaladas y el Oppo Find 7a incluye 71 aplicaciones.
Esta práctica cada vez está siendo peor vista por los consumidores, y es positivo que las agencia de protección del consumidor comiencen a mover ficha para que estas tácticas dejen de llevarse a cabo. La comisión de Shanghái basa la demanda en que ambas compañías violan el derecho de los consumidores a ser informados de estos datos, y además quiere que los fabricantes indiquen claramente las aplicaciones que vienen preinstaladas.
Vía: Ars Technica.