HTC está en ese momento de la empresa, con apenas 1.200 millones de dólares y perdiendo 250 millones en el último trimestre, que tiene que acometer una reestructuración importante de su entramado empresarial. La primera solución para las empresa, como siempre, es realizar despidos.
En este caso afectará al 15% de la plantilla, por lo que afectará a unas 2.250 personas, con la intención de recortar los gastos en un 35% en 2016. El mayor factor de pánico entre la directiva ha sido que los ingresos han bajado un 49%, poniendo en riesgo a toda su estructura empresarial y modelo de negocio.
Si HTC quiere volver a la senda de los beneficios y el crecimiento, debería imitar la estructura de otras compañías como Huawei o Xiaomi. Vender teléfonos al precio que demanda el mercado y no esconderse detrás de una marca que hace diez años empezó a ser alguien y que en el último año ha comenzado a perder toda la visibilidad que tenía para el consumidor.