AMD presentó en mitad del calor del verano boreal el nuevo miembro de sus tarjetas gráficas con chip Fiji, la Radeon R9 Nano. Quizás con un poco de decepción por el precio, se trata de la tarjeta con mejor relación potencia-vatio de la compañía, con un consumo de 175 W y un rendimiento ligeramente inferior que la Radeon R9 Fury.

Es por tanto una tarjeta gráfica de lujo, para aquellos que quieran un mini PC capaz de mover gráficos a 4K, manteniendo un bajo consumo. El chip Fiji incluido es completo, 4096 sombreadores funcionando a 1 GHz. La primera pega es que en realidad cuando la usemos para jugar (para qué otra cosa se podría querer una tarjeta de 700 euros), la velocidad en realidad se va a mantener entre los 825 y 900 MHz.

Comparativa gama media
Característica Radeon R9 FURY X Radeon R9 FURY Radeon R9 Nano Radeon R9 390X
Chip Fiji Fiji Fiji Grenada
Variante Fiji XT Fiji PRO Fiji LE Grenada XT
Shaders 4096 3584 4096 2816
Uds cómputo 64 56 64 44
Uds textura 256 224 256 176
Uds renderizado 64 64 64 64
Velocidad 1050MHz 1000MHz 1000MHz 1050MHz
Memoria HBM HBM HBM GDDR5
Tamaño 4GB 4GB 4GB 8GB
Bus memoria 4096 bits 4096 bits 4096 bits 512 bits
Frec memoria 1GHz 1GHz 1GHz 6GHz
Ancho de banda 512 GB/s 512 GB/s 512 GB/s 384 GB/s
Consumo 275W 275W 175W 290W

Eso es importante para entender por qué, teniendo un chip Fiji completo, no cuenta con una potencia similar a la Fury X, salvando que funciona a 1000 MHz en vez de a 1050 MHz. De esta forma, pese a contar con más shaders que la R9 Fury, su rendimiento es inferior a ésta. No por mucho, quizás un 5% menos, pero a priori por la presentación de la R9 Nano me esperaba una potencia mejor. En algunos juegos a 4K, ganar 1 ó 2 fps puede marcar la diferencia.

Un equipo con una Radeon R9 Nano consumirá en torno a los 320 W, por lo que una fuente de 450 a 500 W será suficiente para este sistema. Si se quiere hacer overclocking, habrá que añadir un margen de seguridad de 50 a 100 W. Las temperaturas de la tarjeta se sitúan en el objetivo de AMD de mantenerse en los 75º en carga, y lo consigue. Si vuestra caja es buena, coseguiréis bajarle un par de grados la temperatura, pero el ruido se mantendrá en unos 46 dB, que no llega a molestar mucho, pero ya empieza a ser un ruido considerable.

Por lo demás, el rendimiento es bueno, pero la tarjeta en sí es cara salvo para aquellos que, como digo, quieran equipos potentes y pequeños. La tarjeta mide 15 cm de longitud, por lo que sirve para cualquier equipo Mini ITX. Pero obviamente por 700 euros hay mejores tarjetas para semitorres y torres. Es un modelo para unas necesidades muy concretas.

Sobre el proceso de selección

Aunque no lo comenté en la presentación de la Radeon R9 Nano, la fabricación de los chips se hace por fotolitografía, y por cómo funciona, no todos los chips se crean con las mismas capacidades de frecuencia máxima y consumo. Mediante un proceso de prueba, llamado binning, se establece el consumo y frecuencia máxima de los chips, entre otros.

De esta forma, los que aguantan 175 W a 900 MHz van a parar a la producción de la R9 Nano, los normales van a parar a la R9 Fury X, y los que tengan alguno de sus shaders que no funciona a la R9 Fury. De igual forma ocurre con un Core i5-4460 o un i5-4590, que son mismo chip, pero frecuencias máximas distintas. Todos son chips igual de válidos, pero las mejoras en los procesos de fabricación llevan a mejores rendimientos de producción, y es lo que habilitará que la R9 Nano, actualmente escasa, en unas semanas (o unos meses) sea más frecuente en las estanterías de las tiendas.

Por ahora llegarán con cuentagotas por el motivo de selección que acabo de comentar.

Vía: AnandTech.