Dentro de los monitores para juegos, cuando leo que uno lleva la tecnología de refresco adaptativo de G-SYNC me salta a la cabeza la palabra sobreprecio. En este terreno la solución de AMD está integrada en las propias tarjetas gráficas de la compañía, mientras que Nvidia lo hace mediante un módulo que hay que añadir a los monitores.
Pero siendo el fabricante que más tarjetas gráficas vende, es inevitable que los usuarios quieran estos monitores, sobre todo para acompañar a tarjetas gráficas como una GTX 980 o 980 Ti. El último monitor de Acer en incluir G-SYNC es el Predator XB321HK, que se ha ido poniendo a la venta en los últimos días, y cuyo precio de mercado ronda los 1.200 dólares en EE. UU. y los 1.000 euros en España.
El panel incluido en este monitor es de tipo IPS con una resolución 4K (3840 x 2160 píxeles), por lo que realmente está orientado a la gama cara de tarjetas gráficas de Nvidia. Cuenta con un tiempo de respuesta de 4 ms, refresco de 60 Hz sobre DisplayPort (24 Hz sobre HDMI), 300 nits de brillo y 1000:1 de contraste. Valores bastante típicos en realidad, y lo más diferenciador de este monitor es su tamaño de 32 pulgadas.
Hay otros monitores similares, como el Asus PG27AQ, aunque de 32 pulgadas 4K con G-SYNC diría que es el primero que veo, y Samsung tiene algún modelo de mismos tamaños con FreeSync. El panel IPS cubre el 100 % de la gama de colores sRGB, e incluye un concetrador USB 3.0 de cuatro puertos. En el apartado de la ergonomía, se puede inclinar y regular en altura.