Hasta la fecha existían dos tipos de magnetismo: el ferromagnetismo y el antiferromagnetismo. A estos dos tipos se les acaba de añadir un tercer tipo de magnetismo, cortesía de un grupo de investigadores del MIT.
El descubrimiento ha sido hecho creando un cristal que han sometido a un enfriamiento extremo, logrando que la dirección magnética de cada partícula no se alinee jamás, por lo que el material está en un estado líquido de espín cuántico. Este estado desemboca en un entrelazamiento cuántico, en el que cada partícula afecta al magnetismo de las demás.
Este comportamiento podría emplearse para crear computadoras cuánticas fiables, suponiendo que se pueda producir y controlar el entrelazamiento cuántico en un futuro. Por el momento esto constituye un punto de partida para que vaya avanzando esta tecnología.
Vía: EnGadget.