El sector de las tabletas con iOS y Android está a la baja, en favor de las tabletas más completas con un sistema operativo de sobremesa como es Windows 10. Pero el iPad sigue siendo un referente en este sector, y Apple ha intentado con el iPad Pro proporcionar una gran potencia para aplicaciones y a prueba de futuro, y darle un giro mayor hacia la productividad.
La versión con pantalla de 9,7 pulgadas es muy similar a su hermano mayor con pantalla de 12,9 pulgadas, pero con algunas diferencias notables. Se centran sobre todo en la cámara principal y la pantalla, que es igualmente compatible con el Apple Pencil.
Diseño y hardware
El diseño del iPad Pro no es muy diferente al que Apple usó en el iPad Air. Prescinden del interruptor de bloqueo, pero los botones de encendido y volumen se mantienen en el mismo sitio. En la parte inferior de la pantalla se encuentra el botón de inicio que dobla función como en el resto de dispositivos de Apple como lector de huellas dactilares.
El procesador incluido es el Apple A9X, que es actualmente el más potente que se puede incluir en un dispositivo iOS o Android, y más potente que muchos de los procesadores Intel usado en tabletas e incluso portátiles económicos. Este modelo incluye 2 GB de RAM en vez de 4 GB como el otro iPad Pro.
Es una cantidad menos a prueba de futuro, pero los requisitos de una tableta no son ni cercanas a las de un PC. La pega vendrá cuando saquen aplicaciones profesionales que sí precisen de esos 4 GB, y por el precio al que está la RAM hoy día es una decisión extraña por parte de Apple (bueno, es la de siempre, recortar costes y maximizar beneficios).
El segundo cambio importante está en la calidad de la pantalla, con soporte a la gama de colores DCI-P3 usado en el mundillo cinematográfico, y que está orientado a que el iPad Pro sea un dispositivo mejor para la visualización de contenido multimedia. Además la pantalla incluye una característica denominada TrueTone que intenta amoldar el color de la pantalla a la luz de alrededor para que se mejore su visualización subjetiva por parte del usuario.
El último cambio importante es la inclusión de la misma cámara de 12 megapíxeles con estabilizador óptico de imagen del iPhone 6s Plus, por lo que se encuentra entre las mejores cámaras del mercado, aunque hacer fotos con una tableta no siempre sea lo más cómodo. Incluye el mismo flash True Tone de las últimas cámaras de los iPhones.
Apple incluye en la caja junto al iPad Pro un cargador de 10 W y un cable Lightning. No está claro que Apple vaya a sustituir este conector por el USB 3.1 Type-C en sus próximos dispositivos, o al menos no creo que lo haga hasta que todos sus Mac tengan conector USB-C. Si se intenta recargar el iPad Pro conectado a un puerto USB 3.0 estándar o de baja calidad puede ocurrir que la batería no se recargue, y de hecho que se agote aunque sea lentamente.
Por último, también ha incluido un conector especial de tres contactos en uno de los laterales. Es un puerto de carga y comunicación con periféricos, para poder usar fundas teclado sin que necesiten una batería interna. Logitech también lo ha aprovechado para crear una base de recarga para el iPad Pro, por lo que es un puerto con gran versatilidad.
Rendimiento
CPU
La parte de procesamiento del SoC A9X corre a cargo de dos núcleos ARM personalizados por Apple denominados Twister y que funcionan a 2,26 GHz. Incluyen 3 MB de caché de nivel 2 (L2), y el SoC está fabricado en un nodo de 16 nm por TSMC. Aunque sean solo dos núcleos, la velocidad y número sólo dicen una parte de su potencia.
La microarquitectura del Apple A9X está extremadamente optimizada, con un conjunto de instrucciones (ISA) mejorada, con otra serie de mejoras de arquitectura que permite obtener a cada núcleo bastantes más operaciones por ciclo (IPC) que otros procesadores de cuatro y ocho núcleos. Es la senda que Qualcomm ha seguido en el Snapdragon 820: menos núcleos y más potentes.
De esta forma se gana mucha velocidad a la hora de ejecutar operaciones que se basen en rapidez, pero se pierde en las que se benefician del número de núcleos totales como por ejemplo los juegos, aunque no siempre y también depende de la GPU. En la práctica, el Apple A9X es el SoC más potente tanto en gráficos como en procesamiento general.
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GPU
En el apartado de las pruebas de rendimiento gráfico, se suele evaluar mejor la potencia máxima de los chips con las pruebas fuera de cámara u offscreen. Estas se basan en realizar las labores de cómputo sin representar la información por pantalla, y por tanto no reflejan en realidad la experiencia de usuario. Por eso me suelo centrar más en las pruebas gráfica en pantalla.
En el caso de SoC Apple A9X, la parte de GPU cae a cargo de un PowerVR serie 7XT que tiene que mover una resolución de 2048 x 1536 píxeles. Es una resolución menor que las que incluyen las pantallas QHD de algunos de los actuales teléfonos de gama alta (2560 x 1440 píxeles), por lo que se puede esperar a priori un mejor comportamiento atendiendo a que usan los mejores SoC del mercado.
La GPU incluye doce núcleos, y utiliza 2 GB de memoria LPDDR4-3200 con un bus de 128 bits, lo que le da un ancho de banda de 51,2 GB/s, que no está nada mal para un SoC de movilidad.
Pantalla
La pantalla del iPad Pro 9,7'' es de las mejores del mercado, y probablemente la mejor en una tableta. Lo primero que añade Apple a la pantalla es soporte a la gama de colores DCI-P3, utilizada en el mundo de las películas. Es un estándar que va ganando importancia y que es importante para ver las películas con la mejor calidad posible, ya que cuenta con una mayor saturación.
La característica True Tone medirá la iluminación y su tonalidad de donde nos encontremos mediante cuatro sensores para ajustar el color de la pantalla apropiadamente. El objetivo es ajustar el color de la pantalla al que está viendo nuestros ojos para que sea más agradable de usar. Estos cambios los ha conseguido Apple añadiendo gestión de colores a nivel de sistema operativo con ColorSync, llevado directamente desde OS X, por lo que las modificaciones del perfil de color afecta a todas las aplicaciones por igual.
En la práctica, True Tone lo que hace es cambiar el punto blanco para que en condiciones extrañas de iluminación (por ejemplo, que la sala tenga iluminación azul) los colores se asemejen a los del entorno y el que mire la pantalla no note diferencias de color con el entorno. Lo hace sobre todo modificando el gamma de la misma, por lo que dependiendo de lo mucho o poco que lo modifique puede llegar a perderse bastante fidelidad de colores.
Con True Tone desactivado la pantalla mantiene en torno a los 468 nits de brillo, un contraste de 1000:1, una temperatura en torno a los 7200 ºK y un gamma de 2,21. Al activar True Tone en una habitación con luz blanca (6500 ºK), se pasa a una temperatura de 6504 ºK y un brillo de 380 nits en las condiciones en las que lo he probado. El brillo máximo de la pantalla es de 550 nits, aunque generalmente no se llegará a él si se tiene activado True Tone y ajuste de brillo automático.
Además la pantalla tiene un reflejo bajísimo, lo que unido a su brillo máximo lo capacita para verse prefectamente con la luz directa del sol. Es un apartado en el que muchas tabletas flojean, y que en el caso de este iPad Pro 9,7'' puede ser una bendición para aquellos que la vayan a usar asíduamente al aire libre. En general la pantalla es tan buena, junto con la nueva gestión de color, que incluso los colores de los CSS que se muestran en Safari son exactamente los que deberían ser.
La calidad del Apple Pencil a la hora de dibujar o escribir es debido a que el panel, al detectar que está cerca el lápiz, pasa de 120 Hz de frecuencia de muestreo a los 240 Hz, con lo que se gana precisión a la hora de determinar lo que el usuario está trazando sobre la pantalla. Es el lápiz digital de mayor precisión en el mercado, que además incluye un giróscopo para detectar inclinaciones y poder realizar otros efectos de escritura como sobreado sin tener que cambiar a herramientas específicas dentro de una aplicación.
El tamaño de pantalla no es tan ideal para tomar notas o dibujar como la de 12,9 pulgadas del otro iPad Pro, pero se gana en portabilidad al ser un iPad más pequeño. El Apple Pencil mantiene en torno a los 50 ms de latencia a la hora de usarlo, frente a los 120 ms de otros lápices de alta calidad, por lo que los iPad Pro son mejores para las tareas de diseño. El problema en realidad tiene que ver con la falta de programas que permitan sacar provecho al stylus y la pantalla del iPad Pro.
Wi-Fi, almacenamiento, sonido
El iPad Pro incluye una Wi-Fi 2x2 802.11 ac. La velocidad máxima es 866 Mbps (108,25 MB/s). Probado en una red con un enrutador Asus RT-AC88U, la transferencia entre equipos por Wi-Fi es altamente estable, incluso si eso implica traspasar gran cantidad de archivos pequeños o multitud de conexiones simultáneas. No hay problemas de conectividad o cortes.
El sonido es otro punto notable de este iPad, ya que también incluye los cuatro altavoces. Poseen una gran potencia de reproducción, y si bien si se ponen altos se puede notar vibrar el iPad, no producirá distorsiones en el sonido. Además, debido a la distribución de los altavoces, da una gran sensación de sonido envolvente que lo convierte en ideal para ver series, películas y escuchar música.
El almacenamiento usado en el iPad, al igual que en los últimos iPhone, es igualmente ultrarrápido. No utiliza UFC 2.0 como otras compañías, si no un tipo de sistema de almacenamiento que está a mitad de camino hacia un SSD y que utiliza el protocolo NVMe para la transferencia. No hay aplicaciones que se puedan usar para tomar medidas exactas de la velocidad del almacenamiento como hace AndroidBenchmark de manera pública.
Como referencia el iPad Pro llega a unos 400 MB/s de lectura secuencial y 172 MB/s de escritura secuencial, así como 24 MB/s y 2,22 MB/s de lectura y escritura aleatoria 4K. La velocidad del iPad Pro 9.7 debería situarse en esa línea, aunque como digo no he podido medirlo para ofrecer unos valores exactos y fiables. Las aplicaciones tipo AnTuTu o PassMark indican que cuenta con un almacenamiento más rápido que un iPhone 6 por ejemplo, pero nada concreto o fiable.
Autonomía
El apartado de la autonomía está perfectamente cubierto en el iPad Pro. Con un uso de visionado de películas con un brillo de pantalla calibrado a 200 nits, dura en torno a las 13 horas. Con un uso más realista de navegación web por Wi-Fi y consulta de correo, puede durar sin problemas en torno a las 10 horas, mientras que jugando a títulos exigentes como un XCOM: Enemy Unknown hace que dure entre las 4 y 5 horas.
Con un cargador de 10 W, como el incluido con la tableta o un USB 3.0 que pueda suministrar esta potencia, los 7.306 mAh de la batería se recargan en torno a las cuatro horas. Quizás se pudiera echar en falta algún tipo de carga rápida, pero teniendo en cuenta la duración total de la batería, que cargue de cero a cien en cuatro horas es un valor bueno.
El problema en realidad reside en que si lo tienes al lado del PC como lo tengo yo, y no está conectado a un USB 3.0 de calidad y capaz de suministrar los 10 W, en ciertos momentos puede ocurrir que la batería se descargue lentamente al no recibir suficiente potencia. Conectarlo a un USB 2.0 es algo que queda fuera de lo recomendado.
Cámaras
Las cámaras de este iPad Pro son las mismas incluidas en el iPhone 6s Plus, por lo tanto a priori se debe esperar una calidad de imágenes que se pueda englobar entre las mejores cámaras en un dispositivo móvil del mercado. Contar con una cámara tan buena en una tableta es algo que no se había visto hasta ahora, pero Apple asegura que muchos de sus clientes lo estaban pidiendo.
También es en parte una justificación del precio que tiene la tableta, pero un gran complemento. De hecho me he encontrado haciéndole las fotos con la cámara del iPad Pro 9,7 en lugar de con la cámara que suelo usar (ahora mismo la de un iPhone 6 o un Nexus 5X, la que me quede más a mano en ese momento).
La cámara trasera es una iSight de 12 megapíxeles desarrollada por Apple usando un sensor de Sony. La mejora es notable en los filtros de color integrados, con píxeles de 1,22 µm y tamaño de sensor de 1/3'', con distancia focal de 2,65 mm y apertura f/2.2. Incluye estabilizador óptico de imagen, que junto con la buena estabilización óptica digital del software de Apple hará que ninguna foto salga movida. La cámara tiene una baja latencia entre que se pulsa el botón y captura la imagen, del orden de los 150 a 300 ms según la situación.
Las fotos que saca, tanto con buena como con poca luz, son excelentes. Es una gran cámara se mire por donde se mire, capaza de capturar mucha luz, y el posprocesado es capaz de eliminar gran parte del ruido que puede apreciarse en escenas con poca luz. Lo que no veo del todo necesario es una cámara de esta calidad en una tableta, pero también es una forma de diferenciarse del iPad Air 2 y apuntalarse en un precio intermedio con respecto al iPad Pro 12.9.
La mejora que introduce el modo HDR es también aprecibale, y generalmente es buena idea dejarle al software de Apple la decisión de si tiene que activarlo o no en un momento dado.
La cámara también tiene soporte para los diferentes tipos de vídeos y fotografías, como Live Photo (se añade un pequeño vídeo de la fotografía capturada), vídeo a cámara lenta de hasta 240 FPS, cámara rápida, panorámicas. Como cámara de vídeo puede grabar a 4K y 30 FPS, aunque por defecto está seleccionado a 1080p y 30 FPS. Como indican, un minuto de vídeo a 4K ocupa 375 MB, y aunque viene con 32 GB de almacenamiento, no está pensado para tomar con tomar 20 minutos de vídeo a 4K se ocuparían cerca de 8 GB del mismo.
Software
En este apartado toca mencionar las características de productividad que ofrece iOS 9. A diferencia de la pantalla de 12,9 pulgadas, esta de 9,7 no es tan interesante para utilizar el modo multiventana. Si se añade una aplicación, ya ocupa 720 de los 2048 píxeles de ancho en modo paisaje, o dicho de otra forma, una tercera parte de la pantalla.
El problema llega cuando la aplicación contigua no está bien preparada para tabletas y, como ocurre con Airmail, no intenta aprovechar mejor el resto de la pantalla. La aplicación de Slack si la aprovecha mejor, mostrando los canales y usuarios conectados así como la conversación, pero son pocas aplicaciones en realidad las que estén bien diseñada para sacar partido de la multiventana en una pantalla de 9,7 pulgadas. Están pensadas para el iPad Pro de 12,9.
Tampoco veo muy útil el Apple Pencil en esta pantalla, y si bien puede ser una herramienta útil para tomar notas a mano o dibujar, no es algo que un usuario normal vaya a hacer. También la falta de un sitio donde guardar el lápiz resulta incómodo, y en realidad es un periférico prescindible para este modelo de iPad Pro. Salvo que se vaya a usar para diseñar, pero en ese caso en mejor el iPad Pro más grande.
El resto del software es el habitual de los iPad. Cuenta con la ventaja de que la mayoría de aplicaciones de iOS están adaptadas a formato tableta, que es algo que no ocurre en Android y que sigue siendo su gran punto a favor y la materia pendiente de Google. Aunque en un sector en el que las ventas están a la baja, no esperaría que Google le preste mucha atención.
Conclusión
Apple ha cubierto con el iPad Pro 9.7 un nuevo rango de precio, a mitad de camino entre los 450 euros del iPad Air 2 y los 900 del iPad Pro. Es un modelo que pide a gritos el uso de una funda teclado, por lo que habría que sumarle otros 100 a 150 euros de coste, y en este caso no me parece interesante el Apple Pencil ya que se le sacaría poco partido.
Es un iPad extremadamente potente, más que cualquier otra tableta Android, pero obviamente si se busca productividad hay que mirar a una Surface de Microsoft u otros tabletas con Windows 10. Pero si lo que se quiere hacer es ver películas y series, usar aplicaciones de iOS, ofimática o navegar, es una tableta que ofrece mucho más calidad en todos los aspectos que otras más baratas con Android o Windows 10.
Es hardware de gran calidad al fin y al cabo, destinado a que dure años y años. En realidad el problema de los iPad para Apple es que poseen largos ciclos de renovación, del orden de tres a cuatro años, para que incorporen algo que realmente llame la atención y merezca la pena sustituir un iPad antiguo.
En el terreno del precio lo único que puedo decir es que las tabletas Android tampoco son baratas. La Xperia Z4 con un Snapdragon 810 son 600 euros y aporta la mitad de funcionalidad que el iPad Pro de 9,7 pulgadas por sus 680 euros. Quizás es algo que los fabricantes de tabletas de gama alta deberían revisar. Pero dentro de esa gama, el iPad Pro 9.7 es la mejor, por méritos propios. El mejor procesador, la mejor pantalla, la mejor cámara de fotos, gran autonomía, y gran biblioteca de aplicaciones.