Hace mucho tiempo que convivimos con el canon digital en España, aprobado por primera vez en 2003. Este canon nunca estuvo exento de polémica, ya que hacía pagar anticipadamente por unas copias ilícitas que supuestamente el comprador de CD o DVD vírgenes iba a hacer sobre las mismas, teniendo que acudir a los tribunales para una devolución del mismo si el uso iba a ser lícito.

Debido a esta polémica y la dificultad legal de mantener el canon vigente, en el año 2012 el gobierno aprobó una modificación de este, que desde el 2007 abarcaba a los productos de la tabla, de manera que el mismo salía de las arcas del estado, eliminando el sobrecoste visible en el precio de todos los productos afectados. Vamos, que al final lo pagamos todos los españoles con nuestros impuestos.

La sentencia es clara, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha declarado nulo e inaplicable el real decreto 1657/2012, decreto que regulaba el actual método de aplicación y sustituía el anterior. Ahora el Gobierno de España tiene que buscar otra forma de compensar a los autores, así que realmente el canon digital no desaparece, sino que se intentará modificar para seguir vigente.