Apple ha ido levitando desde 2012 a la producción de portátiles cada vez más integrados y, en cierto sentido, más parecidos a lo que es un teléfono hoy día. Dispositivos cada vez más y más finos, en los que si quieres repararlos tienes que pasar por caja el servicio técnico oficial de la compañía. Este hecho queda patente en el desmontaje que ha realizado iFixit del MacBook Pro de 13'' con Touch Bar.
La nota de reparabilidad por uno mismo que le han dado es un abismal 1 sobre 10. El uso de tornillos con cabeza propietaria, la batería fuertemente pegada a la carcasa, el procesador, RAM y el SSD están soldados a la placa base, la Touch Bar es muy difícil de cambiar si se daña, y si se daña el Touch ID que dobla como botón de arranque, se precisará de cambiarlo en el servicio oficial de Apple porque está ligado al elemento seguro donde se almacena la información de las huellas, y eso solo lo puede cambiar un servicio técnico oficial.
Este ultrabook tiene sus ventajas, por supuesto. Es extremadamente delgado, ligero y va terriblemente rápido con su SSD de tipo PCIe 3.0 x4 NVMe. La pantalla es muy nítida con 227 PPP, y la memoria DDR3-2133 acompaña bien al procesador Core i5 de doble núcleo. Es un equipo caro para los que quieran un gran portátil estéticamente hablando. Y no voy a negar que habrá gente que tenga el dinero y quiere este tipo de producto que, por otro lado, es una cara obra de arte de la ingeniería moderna.