Tras poner a la venta Windows 10 el año pasado, la compañía proporcionó un año de actualización gratuita para todos los usuarios de Windows 7 y 8. Debido a que muchas de las aplicaciones que ahora vienen integradas con Windows siguen un modelo de ingresos por publicidad, o que tiene gran integración con servicios de pago como Office 365 o OneDrive, Microsoft realizó cambios en las herramientas de actualización y sus tácticas publicitarias para que se actualizaran el mayor número de equipos.
El director jefe de publicidad de la compañía, Chris Capossela, cree que no cruzaron la línea durante toda la campaña ni fueron demasiado agresivos, salvo en un momento específico que se les fue de las manos. Durante algunos días cambiaron el comportamiento de la ventana de diálogo para que, al usar la x de cierre de la ventana, se programara automáticamente la actualización en lugar de simplemente cerrar la ventana. Las otras dos opciones que se ofrecían en ella eran Actualizar ahora y Descargar ahora, instalar más tarde. Por tanto, en esas semanas hasta que se distribuyó la actualización que eliminaba este comportamiento todos los usuarios tenían que elegir entre actualizar ya, ir actualizando, o actualizar más tarde. Nada de no actualizar.
Esta situación de forzar la actualización a Windows 10 ha llevado a demandas. Una de ellas reportó 10 000 dólares a una agencia de viajes que vio cómo su PC empezaba a funcionar de manera errática tras la instalación automática y sin el consentimiento de la dueña de agencia.
Vía: Tech Spot.