Con la presentación en Nueva York del primer portátil Surface —hasta ahora había tabletas, convertibles y todo en uno—, Microsoft se ha puesto como objetivo llegar al consumidor medio que quiere simplemente un portátil clásico. Ahora la compañía ha empezado a aceptar reservas en España de los cuatro modelos que se pondrán a la venta.
El modelo más básico es de 4 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento con un procesador Core i5-7200U y cuesta 1149 euros, mientras que si se elige con 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento costará 1449 euros. Los modelos con un Core i7-7660U, que añade una GPU integrada HD Graphics 640 de Intel, parte de los 1799 euros con 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento, mientras que la versión de 16 GB de RAM y 512 GB de SSD cuesta 2499 euros.
Además, estos equipos incluyen de serie Windows 10 S, y la actualización a Windows 10 Pro cuesta 50 euros adicionales. La pantalla de este ultraportátil es de 13.5 pulgadas y resolución 2256 x 1504 píxeles con relación de aspecto 3:2, que es mejor para trabajar. Pero aun así, son precios similares a los que maneja Apple, por lo que son para un público muy concreto y reducido —profesionales que primen la movilidad y el diseño, o consumidores con dinero—.
Pero por 200 euros más está el MacBook Pro de 15 pulgadas con una Radeon Pro 450 y un Core i7 de ocho núcleos lógicos, mucho más potente que este portátil Surface. No digo que sea una buena opción de compra el MacBook Pro, pero solo digo que esos 2499 euros por el hardware del Surface Laptop no tienen mucho sentido, y la gente con dinero va a seguir comprando los Mac. Microsoft quiere ser Apple, incluso en los precios.