El desarrollo del grafeno ha permitido crear distintos componentes que, por su espesor de tan solo un átomo, pueden considerarse bidimensionales. Un nuevo componente acaba desee desarrollado, siendo en esta ocasión nada menos que un imán, desarrollado por los científicos Pablo Jarillo Herrero y Xiaodong Xu.
Este imán se basa en el triyoduro de cromo el cual, por sus propiedades, consideraban que podría mantener sus propiedades magnéticas incluso cuando sólo tuviera un espesor de un átomo, lo cual acabaron confirmando. Sus aplicaciones, junto con las de los aislantes y los conductores pueden abrir nuevas puertas en el campo de la computación, especialmente cuando se apilan en estructuras tridimensionales que siguen siendo muy delgadas y pequeñas.
En cuanto a las aplicaciones prácticas de este imán 2D, el reto está en conseguir primero que pueda permanecer a temperatura ambiente, de forma que pueda emplearse de forma práctica. De momento, este ha de permanecer a –228 ºC, pero es un paso hacia un futuro lleno de posibilidades.
Vía: EnGadget.