Gigabyte mostró en el pasado Computex de principios de mes una nueva caja de tarjeta gráfica externa. La principal novedad de la Aorus GTX 1070 Gaming Box en este caso es que la vende con una tarjeta gráfica preinstalada, y que tiene un tamaño realmente reducido para este tipo de cajas. Mide 212 x 162 x 96 mm, y tiene un peso total de 2.36 kg.
La caja incluye una fuente de alimentación de 450 W con una eficiencia del 90 % —no dispone de certificado—, y tiene un único conector PCIe de ocho pines. En la parte posterior dispone de cuatro puertos USB 3.0, y además de datos y vídeo, el cable Thunderbolt 3 suministrado y la conexión en sí también pueden entregar hasta 100 W de recarga al dispositivo conectado, por lo que se minimizan los cables en el escritorio. Adicionalmente, se vende con una bolsa de transporte, que es la principal ventaja de esta caja externa.
La tarjeta gráfica incluida es la GeForce GTX 1070 Mini ITX OC, que es una versión de un solo ventilador, con una frecuencia base ligeramente subida de fábrica a 1556 MHz y el turbo a 1746 MHz. Dispone de un HDMI, dos DVI-D y un DisplayPort como conexiones de vídeo. La tarjeta no incluye iluminación, pero la caja sí, y se puede ver a través de las rejillas laterales de ventilación, con el sistema RGB Fusion de Gigabyte.
Estas cajas se pueden usar en equipos con versiones anteriores de Thunderbolt, preferiblemente Thunderbolt 2 a través de un adaptador TB3-TB2, pero eso está prácticamente limitado a los Mac. Thunderbolt ha sido una tecnología propietaria desarrollada por Intel y Apple, pero eso va a cambiar porque Intel la va a convertir en un estándar abiertos sin tasas de implementación, lo que beneficiará sobre todo al uso de las gráficas externas.
Vía: TechPowerUp.