Google es una experta en temas de internet, pero en lo que se refiere a la fabricación de teléfonos todavía es novata. Lo es tanto que no ha podido poner a la venta su Pixel más allá de un puñado de países, a falta de lo que haga con el Pixel 2 que no andará lejos su presentación. Para este primer teléfono diseñado íntegramente por la compañía recurrió a HTC, que tiene fábricas propias.
Debido a la situación financiera de HTC, Google podría mover ficha para adquirir a un precio razonable, y potencialmente ventajoso, la división de telefonía que tantos quebraderos de cabeza le está dando. HTC perdió en agosto un 54 % de los ingresos con respecto al mismo mes de 2016, y también ha supuesto una bajada intermensual del 51 %. Las cosas no pintan bien para HTC.
La compañía no está metida en demasiados negocios, pero el más rentable —y que tampoco le deja muchos ingresos— es la de las gafas de realidad virtual Vive. Si Google comprara la división de telefonía de HTC, supondría prácticamente la liquidación de la compañía. Una compañía que no ha sabido dar al consumidor los teléfonos que pedían, y eso que es algo que está bastante claro desde hace un par de años —económicos y buen hardware, porque los chinos es lo que te dan—.
Vía: GSM Arena.