Apple presenta el iPhone X: pantalla casi sin marcos, A11 Bionic, doble cámara trasera y más

Apple ha presentado finalmente su nuevo teléfono de gama galáctica, porque la gama alta se le queda corta. Básicamente por el precio, que si los 1000 euros del Galaxy Note 8 parecían excesivos, los 1159 euros que cuesta el nuevo iPhone X —iPhone 10, que es número romano— son de otra galaxia en la que lo puedan pagar. Eso sí, a cambio se obtiene un hardware que está a la altura de tan prohibitivo precio.

El primer factor determinante del precio es la pantalla, denominada Super Retina HD, que es de 5.8 pulgadas con una resolución de 2436 × 1125 píxeles. Aprovecha al máximo el frontal, dejando una franja para las cámaras y altavoz en la parte superior, por lo que incluye esa pantalla en tan solo un tamaño de 143.6 × 70.9 × 7.7 mm, aunque el peso se sitúa en los 174 g.

La pantalla es de tipo OLED mejorado, eliminando problemas habituales de esta tecnología, por lo que cubre la gama de color DCI-P3 que tan buen resultado de color da, manteniendo un brillo de 625 nits, y los sensores de fuerza 3D Touch. Puede reproducir contenido de alto rango dinámico (HDR) en base a los estándares HDR10 y Dolby Vision.

La estructura del teléfono está hecha a prueba de agua con certificado IP67, y es de acero con trasera de cristal para permitir la recarga inalámbrica usando el estándar Qi, y la batería también es compatible con carga rápida. Apple no ha indicado el tamaño de la batería, pero sí ha dicho que dura 2 horas más que la del iPhone 7, por lo que con el aumento de resolución y tamaño de pantalla, debe andar por los 3000 mAh.

Apple ha puesto especial atención en el procesador A11 Bionic, que incluye 4500 millones de transistores. Es un modelo de seis núcleos divididos en dos clústeres de dos de alto rendimiento —mejoran un 25 % su potencia— y cuatro de alta eficiencia —mejoran un 70 % su potencia—, que mejoran la potencia en conjunto del A10 Fusion en un 30 %. La GPU también mejora en torno a un 30 %. Le acompañan 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento, que se sitúa dentro de lo normal para los teléfonos actuales.

Para suplir la ausencia del botón de inicio físico, Apple ha añadido características al teléfono y a iOS 11. Para ir a la pantalla de inicio solo hay que deslizar el dedo de abajo hacia arriba en la parte inferior. Para el desbloqueo incluye un sistema de cámaras llamado TrueDepth, que proyecta una serie de puntos invisibles a la cara del usuario, combinado con un sensor de infrarrojos y una iluminación que permite escanear completamente la cara del usuario.

Mediante una red de procesamiento neural y un motor neural incluido en el iPhone, permite que no sea fácil de engañar, pero detectará bien al usuario incluso si lleva gafas o sombreros, barba, y ya sea de día o de noche. Para realizar el desbloqueo hay que estar mirando a la pantalla más de un momento. Apple indica que solo hay 1 posibilidad entre 1 millón de que Face ID sea engañado, frente a 1 entre 50 000 de Touch ID. Se integra con Apple Pay y aplicaciones de terceros.

La cámara principal es de doble sensor de 12 Mpx, con el secundario haciendo labores de teleobjetivo con zum óptico y digital para un zum combinado de 10 aumentos. Tienen apertura f/1.8 y f/2.4, doble estabilizador óptico de imagen y mejora sustancial en la captura de luz y tratamiento digital. La aplicación de cámara ha sido mejorada para añadir diversos efectos adicionales, como la creación de fotos emulando luz de estudio. La cámara frontal es de 7 Mpx, con acceso a similares efectos de luz, aprovechando además el sistema de profundidad.

Se pone a la venta el 3 de noviembre por el precio indicado de 1159 euros, con una versión de 128 GB de almacenamiento.