Apple ha puesto a la venta el iPhone 8, y ha caído en las manos de los chicos de iFixit. Hay un cambio importante en esta ocasión, de cara a abrirlo, y es la parte trasera de cristal que tiene el teléfono en vez de tener un cuerpo monopieza de aluminio. La trasera de cristal es difícil de retirar, y Apple ha usado grandes cantidades de pegamento para mantenerla en el sitio. Eso lleva a que, si bien están bien modularizados sus componentes para sustituirlos fácilmente, le den una nota de reparabilidad de 6 sobre 10.
En el terreno de los chips, destaca el módem LTE Snapdragon X16 de Qualcomm, con la cual está en los tribunales. Es un módem que permite superar 1 Gbps (128 MB/s) de velocidad de descarga sobre las redes compatibles, que de momento no hay. La memoria NAND del almacenamiento es de Toshiba, y el procesador A11 Bionic incluye 2 GB de RAM LPDDR4 fabricados por SK Hynix. No se ven en este caso chips Samsung en el teléfono.
La batería en esta ocasión es de 1821 mAh, que es un recorte del 7 % de la capacidad total, que se presupone a principio que se compensa con el procesador a 10 nm en vez de 14 nm. Ese paso bien puede supone una reducción del consumo en torno al 20 % del procesador en sí, sin tener en cuenta otros factores, aunque el mayor consumo de un teléfono es la pantalla, en la que no parece haber cambios más allá de ser de mayor calidad y con HDR.
Vía: Ars Technica.