AMD ha tenido un gran éxito este año con sus tarjetas gráficas, aunque gran parte del éxito ha sido debido a la criptominería. Desde finales de abril o principios de mayo, sus tarjetas gráficas empezaron a agotarse y no ha sido hasta después del verano cuando han vuelto a estar disponibles. Pero también ha tenido un gran éxito de ventas con sus procesadores Ryzen, ganando la primera batalla de la guerra de los núcleos, a la que Intel ha contestado con la puesta a la venta de los Coffee Lake.
Ese éxito en ambos sectores le ha valido a AMD unos beneficios netos en el tercer trimestre (T3) del año de 71 millones de dólares. Además ha conseguido el objetivo de obtener un 35 % de margen bruto —la diferencia entre lo que le cuesta comprar los chips a las fundiciones y el precio al que los vende— con el que, de mantenerse, la empresa sería rentable cada trimestre. Los ingresos también han aumentado un 34 %, pasando de los 1310 M$ del T3 de 2016 a los 1640 millones este año. Es también una pronunciada subida intertrimestral del 34 %.
La división de Computación y Gráficos ha ingresado 819 M$, un 74 % más interanual, con unos beneficios brutos de 70 M$. La división de Empresas, Embebidos y Semipersonalizados ingresó otros 824 M$, y se mantiene en el mismo volumen de negocio que el año pasado. Esta división crea los chips que van en las consolas como la PlayStation 4 o la próxima Xbox One X, pero también las GPU que utiliza Apple y otras compañías. El beneficio bruto fue de 84 M$, que baja respecto a los 136 M$ del mismo periodo de 2016. En el apartado de Otros, AMD informa de unas pérdidas brutas de 28 M$.
Vía: The Tech Report.