Foxconn es el principal socio en el apartado de la fabricación de dispositivos que tiene Apple, y por eso lo de «hacer a EE. UU. grande de nuevo» que ha cacareado continuamente Trump implica llevar la producción de componentes de China y otros países asiáticos a suelo estadounidense, lo que también la implica. Tras anunciar un plan de 50 000 millones de dólares para expandirse a EE. UU. incentivada por Donald Trump, Foxconn ya ha elegido sede en el país americano.
Será establecida en Milwaukee (Wisconsin), aunque no implica construir edificios, sino comprar un edificio que pertenecía a la Northwestern Mutual en la que alojará a quinientos trabajadores. En el estado también creará una planta de fabricación de paneles LCD, y para apoyar su evolución va a crear en el edificio un centro de innovación. También va a colaborar con la Universidad de Wisconsin-Milwaukee para contratar a varios becarios para que trabajen en Mount Pleasant antes de enviarlos en febrero a trabajar en investigación en Taiwán.
Foxconn presta sus fábricas altamente automatizadas a diversas compañías de productos electrónicos, lo que incluye a Apple pero también a Sony para fabricar su PlayStation. Esto solo implica ceder las plantas para hacer el montaje final o fabricar ciertos componentes concretos, pero el diseño y la tecnología la aportan sus socios. En este sentido, es importante para Trump llevar ese ensamblaje final a los EE. UU. para poder poner en los productos «hecho en EE. UU.» y no solamente «diseñado en California» como ocurre con los productos de Apple.
Vía: The Verge.