Razer quiere redefinir los teclados mecánicos haciendo que dejen de ser cien por cien mecánicos. Por eso presentó el teclado Huntsman a finales de junio, con la principal característica de incluir unos nuevos interruptores denominados optomecánicos desarrollados por la compañía. Es una tendencia que vienen desarrollando varias compañías, basada en que el punto de actuación es el corte de una barrera de infrarrojos incluida en la tecla. De ello hablaré más adelante.
En general, el Huntsman es un teclado que apunta a la gama alta, que mantiene la calidad y características a las que tiene acostumbrado Razer en sus teclados, por lo que la valoración de este teclado se centra sobre todo en si los interruptores optomecánicos realmente merecen la pena o son un ardid publicitario. Sobre todo porque es un teclado de 159.99 euros.
Desembalado y caraterísticas
La presentación de este teclado es la habitual de Razer, con una caja en verde y negro, con el teclado debidamente tapado con una cubierta de plástico, con acceso desde fuera a las teclas de cursores para poder probar los interruptores optomecánicos. El diseño del teclado va a lo fundamental, bastante minimalista, con un tamaño de 444.5 mm × 139.7 mm × 35.6 mm. Este modelo no incluye reposamuñecas, que si se quiere habrá que irse al Huntsman Elite, algo más caro.
La estructura del teclado es muy sólida, y al usarlo no se hunde ni se notan cosas raras, como que sea endeble o se mueva mucho la superficie. Se conecta mediante un cable de 1.8 metros con conector USB al PC, que alimenta la iluminación RGB personalizable por tecla que incluye el Huntsman, en la línea del resto de los teclados de Razer.
Huntsman de Razer | |
Dimensiones | 444.5 mm × 139.7 mm × 35.6 mm |
Peso | 860 g |
Conexión | USB 2.0 |
Interruptores | optomecánicos |
Seguidilla | 10 teclas |
Extras | iluminación RGB |
Cable | 1.8 m |
Precio | 159.99 € |
El modelo español del teclado tiene la serigrafía y disposición europea, con su intro de dos filas, y añade la tecla Fn a la derecha de la tecla alt gr para combinarla con las teclas de función y acceder a atajos adicionales, como grabación al vuelo de macros, cambio del brillo de la iluminación del teclado, o teclas multimedia. Las luces de mayúsculas, macro, etc., están situados encima de los cursores en lugar de encima del teclado numérico, donde aparece en este teclado el logo de Razer.
Entrando ya en la característica principal del teclado, los interruptores optomecánicos, tienen una sensación igualita a la de los teclados mecánicos con interruptores MX marrones, que es ligeramente táctil aunque con cierto clic sonoro no demasiado alto. Tiene una fuerza de actuación de 45 gf, pero el punto de actuación es de tan solo 1.5 mm, con un recorrido total de 3.5 mm. Es un interruptor realmente rápido, superando a los MX rojos, y además tiene la ventaja de que duplica la durabilidad de los interruptores mecánicos con 100 millones de pulsaciones. Razer acompaña al teclado con una seguidilla o anti toques fantasma que cubre diez teclas pulsadas simultáneamente —y por la velocidad de actuación, es más que suficiente para que no haya problemas en este teclado por este motivo—.
El punto de actuación es que un infrarrojo alcance su receptor, por lo que es instantáneo en ese momento la acción. Funciona francamente bien, y la sensación de estas teclas y este interruptor no tiene nada que envidiar al de los interruptores de la alemana Cherry o a los otros producidos por Razer. He dicho que es «ligeramente táctil» porque no se nota mucho el punto de actuación al pulsar las teclas, pero se nota.
Los que estén acostumbrados a los MX marrones, como es mi caso, lo notarán rápidamente, y la sensación es incluso mejor que la de los interruptores MX. Le quitaría el clic sonoro que, si bien es mucho menos molesto que el incluido en los Razer verdes, en un uso prolongado en un entorno de trabajo, en una habitación en silencio, o en una casa con más gente, puede terminar siendo ligeramente molesto, y lejos de lo molesto que puedan ser los Razer verdes.
Programa de personalización
La personalización de este teclado se realiza a través del programa Synapse 3.0, que es una versión que lleva más de un año en beta y que espero que en algún momento salga la versión definitiva. A ser posible, compatible con los periféricos anteriores que usan Synapse 2.0 para tener un sitio centralizado donde gestionar los periféricos de Razer.
El programa es mucho mejor que su versión anterior, con un diseño más agradable y algo más intuitivo. Al conectar el teclado al PC, se solicitará la instalación de este software, y se dará opción de instalar alguno adicional, como la gestión Chroma del color o Hue de Philips. La instalación requiere el reinicio del PC, tras lo cual se puede acceder sin problemas a la configuración del Huntsman.
Desde aquí se puede configurar macros, la creación de perfiles de juego, y su grabación en la memoria interna del teclado, con espacio para hasta cuatro perfiles distintos para usarlos sin que se necesite la instalación de Synapse 3.0 en el equipo. Hypershift permite asignar más de una función a una misma tecla asignando un botón Hypershift para su uso, se puede asignar a distintas teclas en función del juego acciones especiales y también macros, incluso acciones de ratón, entre otras muchas posibilidades de personalización.
La iluminación RGB se gestiona a través de la subaplicación Chroma, que da acceso a efectos avanzados, asignando efectos predefinidos o crear uno propio hasta por tecla, con la duración de los efectos o su velocidad entre otros muchos parámetros. Es realmente completo y eficaz.
El comienzo de un idilio
Razer está innovando en el terreno de los interruptores, y lo hace con los optomecánicos que conforman un teclado muy sólido de características y uso. Estos mecanismos son muy agradables de usar, no demasiados sonoros a pesar de tener clic sonoro y un punto de actuación ligeramente táctil. Es muy agradable de usar.
La iluminación RGB quizás tenga un nivel de brillo máximo ligeramente bajo, pero suficiente para verse bien los efectos. El tamaño no se puede considerar como pequeño, pero no añade demasiado marco a la zona principal de las teclas, lo que le da un aspecto minimalista. Es un teclado bastante elegante y de diseño que está en la línea de lo que tiene acostumbrado Razer, y que busca poder ser utilizado por cualquiera en cualquier parte, evitando lo recargado de muchos modelos de teclados mecánicos.
Echo en falta la inclusión de un reposamuñecas, aunque el ajuste de las patas del teclado, que tiene tres posiciones diferentes, hará que sea un detalle menor en realidad, y aun así es cómodo de usar sin él. Pero los que tengan manos algo más pequeñas pueden echarlo de menos.
En última instancia, estos interruptores optomecánicos son el principio de una serie de teclados que pueden ser muy buscados por los jugones que busquen interruptores con la acción más rápida posible. Obviamente esto beneficia ciertos tipos de videojuegos por encima de otros, pero siguen siendo todoterreno. Me gustaría ver esos interruptores, a no mucho tardar, en un modelo compacto, los denominados de torneo por distintas compañías, con cable USB retirable.
Mientras tanto, el Huntsman es un teclado bien acabado, con gran respuesta de sus interruptores, aunque como siempre pasa con Razer, todo lo bueno tiene un precio que no estará al alcance de todos.