El regreso de AMD al sector de los procesadores ha sido también en el sector profesional y no solo en el de consumo. Eso se está haciendo nota en sus ingresos, ya que los procesadores Ryzen de sobremesa, tras un tímido empiece el año pasado, se están vendiendo bastante bien. Sobre todo los Ryzen 2000. Pero los procesadores EPYC para centros de datos también han conseguido abrirse un hueco por una mejor relación potencia-precio frente a los Xeon de Intel.
Eso ha llevado a que AMD, tras un buen primer trimestre del año empujado por las ventas de tarjetas gráficas para criptominería, haya conseguido asentar el segundo trimestre con las ventas de procesadores Ryzen y EPYC, además de nuevamente con sus tarjetas gráficas. Durante el T2 no han estado con buena disponibilidad las Radeon, o a precios absurdamente altos. Incluso ahora a finales de julio siguen bastante alto su precio.
Los ingresos de AMD en el T2 ha sido de 1760 millones de dólares, que es un 53 % más interanual. Los beneficios de la compañía han sido de 116 millones de dólares, que es básicamente 158 M$ más que en el mismo trimestre del año pasado, ya que en el T2 de 2017 tuvo unas pérdidas de 42 M$. Además, como dato aún más positivo, la compañía ha tenido un margen bruto del 37 %, que es la diferencia entre el coste al que adquiere los chips y el precio al que los vende. Situándose por encima del 35 %, que era el objetivo de AMD, la compañía es totalmente viable y le permite hacer beneficios, como ha ocurrido en este T2.
AMD ha indicado que el precio de venta de las tarjetas gráficas ha sido inferior respecto al T2 de 2017, pero ha conseguido compensar vendiendo más tarjetas gráficas a centros de datos. El precio medio de los procesadores fue inferior con respecto al año pasado, pero ha conseguido paliar esta disminución vendiendo más procesadores para portátiles. Las APU con parte de CPU Ryzen y GPU Vega han tenido suficiente tirón entre los fabricantes de equipos originales.
Vía: Hot Hardware.