Durante el primer semestre del año tanto AMD como Nvidia se han visto beneficiadas por la venta de tarjetas gráficas para criptominería, si bien ya entrado el segundo trimestre, y en torno a finales de abril, el sector empezó a colapsarse. Ha dado tiempo a ambas compañías a hacer muchos beneficios de las ventas de sus chips gráficos para este sector, con AMD presentando sus mejores resultados financieros en siete años. Pero los de Nvidia han sido mucho mejores.
La compañía ha ingresado en el segundo trimestre del año un total de 3123 millones de dólares, frente a los 2230 M$ del mismo trimestre de 2017. Eso es un 40 % más de ingresos. Además, también ha mejorado sustancialmente el margen bruto —el precio al que compra los chips y al que los vende—, que pasa del 58.4 % al 63.3 %. En estas situaciones, cuanto más tiempo se pasan los chips gráficos a la venta de una misma arquitectura, más margen bruto obtienen las empresas —mayor rendimiento de producción de las obleas, se distribuye más la inversión inicial de I+D, etc.—. Y dos años con los chips Pascal en el mercado es mucho tiempo. Los beneficios de la compañía también han pasado de los 583 M$ en el T2 2017 a los 1101 M$ en el segundo trimestre de este año, que es un 89 % más.
El grueso de los ingresos los ha vuelto a reportar la división de chips para tarjetas gráficas GeForce, con 1805 M$, o un 52.2 % más respecto al mismo periodo de 2017. Las soluciones de visualización profesional han aumentado un 19.6 % hasta los 281 M$, y el de centros de datos ha mejorado un 83 % sus ventas hasta los 760 M$. Cuando dice Nvidia que su apuesta es por la inteligencia artificial porque es donde está el dinero, lo dice muy en serio. La sección de automóviles mejora un 13 % hasta los 161 M$, y los ingresos por chips personalizados —léase criptominería— y propiedad intelectual se han reducido un 25.6 % hasta los 116 M$.