Si la última moda en el muno de los teléfonos inteligentes fue la pantalla con muesca para tener más pantalla y menos marcos —y algunos fabricantes no entendieron el concepto—, parece que la moda de 2019 serán los móviles de pantalla flexible. Samsung ha estado mostrando de vez en cuando durante los últimos años arte conceptual de este tipo de dispositivos, pero finalmente ha mostrado el primer teléfono con pantalla flexible.

O, al menos, un prototipo de lo que es un teléfono que usa la pantalla Infinity Flex. Desplegada mide 7.3 pulgadas, si bien es más bien cuadrada, y se queda en el interior del teléfono que, al plegarse, se usa otra pantalla distinta en su parte externa. Samsung lo ha mostrado entre sombras, y el motivo no es otro que el hecho de que es un prototipo bastante grueso, entre 15 y 20 mm de grosor cuando está plegado. Por tanto, sigue siendo un trabajo en progreso más que algo que vaya a ponerse a la venta.

La pantalla flexible es de tipo OLED, sin cristal protector, ya que dispone de un polímero que se encarga de la protección. Samsung está trabajando con Google para adaptar Android de una forma estándar a este tipo de pantalla, y no habría problemas en mostrar hasta tres aplicaciones a la vez en esa pantalla desdoblada.

La cuestión ahora mismo es que este tipo e teléfonos parece que van a ser voluminosos si se pueden doblar totalmente o solo parcialmente con cierta curvatura. Sería contraproducente que Samsung y otras compañías pusieran en el mercado productos de poca utilidad en el día a día, sin estar debidamente desarrollada la interfaz y que no sean unos ladrillos grandes y pesados a meterse en el bolsillo. Pero el concepto, si lo ejecutan bien, pueden ser bastante rompedor.

Vía: 9to5Google.