A finales de junio un apagón en la ciudad en la que tiene situada Toshiba su centro de investigación y producción de memoria NAND echó al traste con la mayor parte de las obleas que estaban en producción en ese momento. El apagón afectó a cinco plantas de producción y a su centro de investigación, por lo que solo se podría haber zafado del apagón si hubiera tenido una central eléctrica propia en el campus.
El principal problema es que este campus de Toshiba y Western Digital produce el 35 % de la memoria NAND a nivel mundial, si bien la mayor parte de dicha producción es para autoconsumo. Por tanto, está por ver si tiene efecto más allá de los productos de Toshiba y Western Digital, ya que por ejemplo Intel teniendo una sobreproducción de memoria NAND y sus unidades de estado sólido seguirán estando baratas —y me refiero a la serie 660p de tipo PCIe—. Las SSD han subido durante julio, pero es habitual en este trimestre del año por las distintas campañas de vuelta a clase y en previsión de la temporada navideña.
Sea como sea, Western Digital ha indicado que la fabricación ha vuelto a la normalidad tras comprobar las obleas dañadas, limpiar y acondicionar las líneas de producción, así como cambiar la maquinaria dañada. En total, estiman que el impacto económico para su compañía se sitúa en los 339 millones de dólares, lo cual no incluye la parte de Toshiba. Western Digital es una compañía de negociación pública y tiene que dar este tipo de información a los inversores, mientras que Toshiba es privada y no ha dado ningún tipo de información al respecto.
El apagón echó al traste la mitad de su producción de un trimestre, lo que tendrá otros efectos negativos en las cuentas de resultados de ambas compañías. Si ambas compañías funcionan al 50 % en sus plantas de producción, es de imaginar que para Toshiba suponga otros 339 M$ de costes como motivo del apagón.
Vía: AnandTech.