Gigabyte apunta a un monitor más que notable con su primer asalto a este sector con el AORUS FI27Q. Es un modelo con panel de 27 pulgadas de tipo IPS, pero que además cuenta con buena calidad de color: cubre el 95 % de la gama DCI-P3 con color de 10 bits (8 bits + FRC). Además, tiene una resolución QHD —2560 × 1440 píxeles—, tiene un refresco de 165 Hz —es una mejora respecto a los 144 Hz del AORUS AD27QD— así como un tiempo de respuesta de 1 ms, con brillo máximo de 350 nits y contraste estático 1000:1.
Implementa un certificado DisplayHDR 400 para representar imágenes de alto rango dinámico, con refresco adaptable FreeSync y compatible G-SYNC. El diseño del monitor cuenta con pocos marcos, y un pie que permite ajustar su inclinación –5º a 21º, giro –20º a 20º, pivotación 90º, y altura +130 mm. Se puede retirar para poner un soporte VESA de 100 × 100 mm. Incluye un conector DisplayPort 1.2, dos HDMI 2.0 y dos USB 3.0.
Mantiene el resto de tecnologías como estabilizador de negros, la capacidad de mostrar información variada en el monitor como los PPP del ratón u otra de la CPU o tarjeta gráfica, e incluye cancelación de ruido para el micrófono que se le conecte al monitor. Todo se puede configurar a través del programa de Gigabyte. Además, no falta la indispensable iluminación RGB, aunque en la parte posterior del monitor.
Su precio se situará sobre los mismos 600 euros del Aorus AD27QD.