Samsung quiso adelantarse a Huawei para poner a la venta cuanto antes el Galaxy Fold, el primer móvil con pantalla plegable de una gran marca, y en los días previos a su puesta a la venta los críticos detectaron diversos problemas con el smartphone. Por el tipo de plegado del móvil, con la pantalla hacia dentro —mejor que hacia fuera como el de Huawei, que expone la pantalla a rayarse—, se podía meter suciedad y restos entre las ranuras que quedaban en la zona de pliegue.
También ocurría que varios críticos intentaron retirar una capa de protección de la pantalla pensando que era la típica capa de protección de fábrica. Samsung ha pasado varios meses estudiando y rediseñando ligeramente ciertas partes del móvil, y en los análisis que están apareciendo en Youtube se pueden ver.
Por ejemplo, la capa de protección se ha extendido hasta quedar por debajo de los bordes de la pantalla, lo que imposibilita que alguien pueda intentar quitarla. También se ha introducido una pieza de seguridad en torno a las aberturas que quedaban en los pliegues para evitar que entre suciedad, lo que antes hacía que pudiera dañarse la pantalla por debajo.
La compañía ha añadido advertencias al arrancar por primera vez el dispositivo para indicar que no se presione fuerte en la pantalla porque se podría dañar, que no está hecho a prueba de agua y polvo, que no se le ponga protectores de pantalla o que no se acerque a tarjetas o dispositivos médicos; el cierre del móvil es magnético, y tiene bastante fuerza. De hecho, el cierre del dispositivo se nota algo más duro, quizás para evitar que se abra sin querer.
Sea como sea, Samsung ha empezado a vender el dispositivo en varios países europeos y americanos, como EE. UU. o Francia, si bien a otros como España no llegará hasta mediados de octubre.