La empresa taiwanesa de periféricos Ducky está expandiendo su rango de influencia y lo hace con el One 2 RGB bajo el brazo. Se trata de un teclado mecánico que en principio tiene buenas prestaciones, pero juega en contra el desconocimiento que hay respecto a la marca aunque lleva ya unos años en el sector.
Entra además a competir en un sector muy reñido actualmente como es el de los teclados de altas prestaciones, aunque intenta ir a por un punto de precio que no es excesivamente alto como son los 129 euros con el One 2 RGB. Pero para considerarlo como una buena opción de compra debe demostrar que está a la altura de la competencia, y esa competencia como digo es muy dura ahora mismo.
Características del One 2 RGB
El One 2 RGB se presenta en una caja simplista con el teclado perfectamente protegido. Además de estar dentro de una bolsa de plástico incluye un protector de las teclas que además se puede usar en el día a día para minimizar la cantidad de polvo que cae en él cuando no se está utilizando, lo cual me parece un extra infravalorado.
Tiene un tamaño de 440 mm × 135 mm × 40 mm como buen teclado extendido que es, aunque quizás sea un poco alto para los estándares actuales. Además, la carencia de un reposamuñecas puede jugar en contra del teclado ya que además incluye peanas con dos posiciones distintas para ajustar mejor la inclinación de tecleo. El peso del teclado es de 1100 g, que aunque parezca elevado es lo normal para este tipo de teclados.
One 2 RGB de Ducky | |
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Dimensiones | 440 mm × 135 mm × 40 mm |
Peso | 1100 gramos |
Conexión | USB 2.0 a USB tipo C |
Cable | 1.8 m, desmontable |
Interruptores | MX marrones |
Disposición de teclado | España |
Detección individual de teclas | Sí |
Muestreo | 1000 Hz |
Extras | iluminación RGB personalizable por tecla |
PVPR | 129.90 euros |
La parte inferior del teclado es de color blanco, y tiene la marca del teclado y su nombre hacia un lateral del canto frontal. En él también se incluye un conector USB tipo C, con un cable incluido con el teclado que es USB tipo A a USB tipo C, por lo que es un punto positivo que se pueda retirar el cable, facilitando el transporte.
En la parte inferior dispone de unas guías para sacar el cable hacia los laterales, pero debido al tipo de cable rígido que se proporciona con el teclado resulta de poca utilidad. Al poner el cable, si se quiere usar la guía queda bastante forzado y retorcido, lo que puede restar longevidad al cable. En este caso la compañía tendría que haber proporciona un cable de plástico más flexible o uno que estuviera forrado de tela trenzada que habría sido lo ideal.
En la parte inferior también se incluye varios interruptores numerados del uno al cuatro con distintos en función de la posición que tengan. Los tres primeros sirven para indicar qué tecla funciona como la Fn, mientras que el cuarto permite cambiar entre el modo de pulsación multitecla completo o seguidilla completa (n-key rollover) o seguidilla de seis teclas (6-key rollover, que es el otro nombre del anti toques fantasma o anti-ghosting).
Las teclas incluyen interruptores MX marrones con RGB por tecla, que tiene respuesta táctil a la pulsación y cierto clic sonoro. Las teclas de plástico tienen su marca de letra recortada por la parte superior, por lo que se puede notar un cierto relieve en ellas, más en unas teclas que en otras, y sobre todo en la barra espaciadora ya que tiene un dibujo especial de Ducky. Personalmente la sensación del relieve al pulsar la barra espaciadora no me gusta, y los que noten mucho más este tipo de relieves probablemente lo odiarán.
La iluminación RGB se puede controlar a través de un programa específico de Ducky o a través del uso de las teclas Fn. Las posibles combinaciones de la tecla Fn no están inscritas en las teclas precisamente por esos surcos extras que tendrían y penalizarían la sensación de tecleo, y por tanto hay que mirarlo en el manual de instrucciones que se proporciona con el teclado.
Junto al teclado se proporciona unas teclas extras en color rojo que están marcadas como los cursores, una tecla de intro, las mayúsculas, una barra espaciadora en negro sin marcas y dos más con logos de Ducky. También se incluye un retirateclas para facilitar el cambio, porque ciertamente a mano se quitan bastante mal.
Para la grabación de macros hay que irse nuevamente al manual. Se pueden crear varios perfiles de macros e iluminación, cambiando entre ellos al pusar Fn más una tecla del 1 al 6, siendo el 1 para los valores por defecto y por tanto no se pueden modificar. Tras elegir el 2, por ejemplo, se mantiene pulsada la tecla Fn más el control derecho para activar la grabación de macro. Lo primero que se pulsa es la tecla a la que se asigna la macro, y luego las teclas que se ejecutan, la implementación y el tiempo de ejecución de cada tecla.
No es un proceso bonito ni fácil el aprendizaje de este proceso de creación de macros, y es como tirarse de cabeza contra una pared. Pero una vez que se dedica media hora a aprender se podrán crear sin demasiados problemas. Pero como menciono en el siguiente apartado, no se pueden modificar con el programa de configuraicón de Ducky, lo que le resta utilidad y usabilidad al teclado.
Programa de configuración
El programa de configuración de Ducky para el One 2 RGB permite controlar sobre todo la iluminación RGB, pero sirve también para la actualización del firmware del teclado. Probablemente al conectarlo la primera vez dé la opción de actualizarlo, y lo ideal sería hacerlo.
El programa en sí es muy simple, con pocas opciones, y con la capacidad de guardar perfiles de iluminación. Y poco más permite, porque no se pueden crear macros desde él o modificarlos, cambiar la función de las teclas, ni modificar otros parámetros. Unido a un aspecto un poco sacado de los 80, y no soy muy nostálgico, este programa es muy mejorable en todos los aspectos.
Conclusión
Ducky no es la habitual marca de periféricos que se pueda ver en España, pero sus productos son bastante competitivos. Pero a la hora de vender un teclado hoy en día, sobre todo por los 130 euros que pide la compañía por el One 2 RGB, hay que poner atención a todos los apartados, incluido el de las macros y el programa de configuración para PC.
Dejando a un lado que me parece una pena que no tengan una versión para macOS o Unix/Linux —hoy en día me parece inconcebible que no usen tecnologías estándar que lo faciliten—, es demasiado básico. Además, es un problema que no permita la edición de las macros y que la creación de las macros desde la tecla Fn requiera cierto tiempo para hacerse con ella.
En cuanto a la sensación de tecleo, me ha gustado mucho, aunque para mí le lastra bastante el no incluir un reposamuñecas. Hay teclados mecánicos de la competencia que por 140 euros lo incluyen, y tienen mejor programa de configuración con similares características, por lo que creo que Ducky debería haber prescindido de las teclas extras rojas para haber incluido ese reposamuñecas. Con respecto a teclados de 160-170 euros, se consigue además una base de aluminio sobre la que descansan las teclas y otros extras como una rueda de volumen o teclas de macro dedicadas.
Cuesta acostumbrarse un poco a teclear en el One 2 RGB, precisamente porque resulta ser un teclado bastante alto. En juegos puede notarse menos, pero es rara la persona que solo usa un PC para jugar.
Eso sí, la sensación de pulsación con las teclas MX marrones es perfecta. De hecho, esto ya es una cuestión personal ya que prefiero estos MX marrones a los lineales que son los MX rojos, sobre todo porque los marrones favorecen el tecleo de textos largos y los rojos, al ser lineales, terminan molestando las yemas de los dedos. En este terreno, el del tecleo y disposición de las teclas, me parece un gran teclado.
Los que hayáis leído varios de mis análisis sabréis que no suelo hablar del precio, pero en ciertos casos me veo obligado a ello. En general me parece que por los 130 euros es un buen teclado con un precio un poco desviado, y con ciertas carencias que podrían serlo menos si estuviera más cerca de los 100 euros. Por ejemplo, quitando las teclas extras o los interruptores de la parte inferior. Aun así, sin mirar el precio resulta un teclado estupendo y al final no hay tantos teclados mecánicos de calidad en esa franja de 100 a 130 euros, y según qué tienda se consulte su precio puede estar más hacia los 120 euros.