XPG, la marca jugona de ADATA, ha ido expandiendo su presencia en el sector de los componentes de PC y la caja Invader de este análisis es buena prueba de ello. Es una caja orientada a un sector concurrido como es el de las cajas en torno a los 100 euros, pero tiene en principio cualidades para destacar entre su competencia. Quiero agradecerle a XPG la colaboración para poder analizarla.
Características, desembalado y diseño exterior
Este modelo de caja está orientado a un público que busque un buen diseño y buena refrigeración, porque es en este último aspecto en el que destaca. La inclusión de iluminación ARGB mediante ocho ledes en la parte inferior del frontal es algo colateral, pero sigue la moda actual de poner iluminación a todo lo que sea para jugones.
Invader de ADATA XPG | |
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Formato | Semitorre |
Tamaño | 470 mm × 206 mm × 482 mm |
Peso | — |
Placas base | ATX, micro-ATX, mini-ITX |
Puertos | 2× USB 3.0, 1× con. 3.5 mm |
Ventiladores incluidos | dos de 120 mm |
Posiciones ventilación | tres frontales de 120 o dos de 140 mm, dos superiores de 120, uno trasero de 120 mm, uno inferior de 120 mm, dos laterales de 120 mm |
Adaptado para refrigeración líquida | Sí |
Unidades | 2× 2.5/3.5 pulgadas, 2× 2.5 pulgadas Bandejas incluidas para todas |
Filtros | magnético frontal y superior, filtro inferior retirable |
Long. tarjeta gráfica | hasta 400 mm |
Altura disipador CPU | 170 mm |
Longitud fuente de alimentación | 225 mm |
PVPR | 89.99 dólares, 99.99 euros |
La caja se proporciona debidamente embalada y protegida, y es fácil sacarla del interior. Se puede ver a primera vista una advertencia de que se tenga cuidado con el panel de cristal templado incluido, el cual está también protegido por un plástico que habrá que retirar cuando se termine de montar el equipo.
La caja tiene un tamaño de 470 mm × 206 mm × 482 mm o unos 46.7 L de volumen, por lo que es una semitorre estándar, ni grande ni pequeña. Tiene espacio para instalar placas base ATX, micro-ATX y mini-ITX, aunque está inicialmente preparada para placas base ATX y habrá que mover los tornillos de sujeción a las posiciones apropiadas. Para las posiciones micro-ATX y mini-TX no aparece indicado qué posiciones usar en la plancha de acero, por lo que habrá que hacerlo a ojo —y no hay que olvidarse de apretarlas bien en su sitio con unos alicates para evitar que al quitar el tornillo de la placa base ambos tornillos deslicen y se saque ambos a la vez—.
En el interior hay espacio para disipador de procesadores de hasta 170 mm, tarjetas gráficas de hasta 400 mm y fuentes de alimentación de hasta 225 mm, por lo que el espacio no es un problema. El frontal es una placa magnética que permite fácil acceso al filtro de aire frontal y a la zona de los ventiladores, y es un detalle que sin duda me ha gustado mucho.
Tanto la tapa de cristal como la de acero están sujetas por dos tornillos moleteados que hay que retirar totalmente. Hay unas guías para situar la ventana lateral de vuelta en el equipo, por lo que su instalación es muy sencilla. En el panel superior hay dos USB 3.0 y un conector de audio de 3.5 mm de cuatro polos, más los botones de arranque y control de la iluminación ARGB. El concentrador de conexiones RGB está situado en la parte superior y de él salen diversos cables RGB de tres pines para los que quieran añadir aún más iluminación.
Diseño interior
El interior es amplio y suficiente para equipos con tarjetas gráficas grandes, así como para placas base ATX. Tiene un diseño compartimentado con la fuente de alimentación y dos unidades de 2.5/3.5 pulgadas en sus propias bandejas, por lo que en este terreno es estándar. La caja tiene un logo en rojo inscrito en la cobertura de la fuente de alimentación que queda estéticamente bien —aunque para gustos los colores—.
Los cables del frontal son múltiples, pero se incluyen para gestionar desde el botón del panel de control la illuminación de varios dispositivos. La caja dispone en el frontal de espacio para tres ventiladores de 120 mm, pero también para radiadores de 360 mm, por lo que para ello tiene un buen recorte en el frontal que queda al descubierto, así como la caja de las unidades de almacenamiento.
Donde no hay tanto espacio es en la zona de los ventiladores superiores, donde no parece que haya mucho espacio para un radiador de 240 mm, y no sería la mejor posición para ello. Para uno de 120 mm podría ser suficiente. La refrigeración de serie incluye un ventilador de 120 mm en el frontal y otro en la parte trasera. Las unidades de 2.5 pulgadas que se pueden montar en la plancha de sujeción de la placa base disponen de sus propias bandejas sujetas con tornillos moleteados.
Montaje
El montaje de un PC usando esta caja no presenta complicaciones. Las zonas de pasacables son anchas, y no entraña dificultad a la hora de poner el cable EPS de 4+4 pines en la parte superior izquierda de la placa base, con espacio de sobra para la mano. La zona del cable ATX es una gran abertura que forma 45º en su acceso, por lo que la mayor pega es que los cable en esa zona no quedarán especialmente ocultos.
La posibilidad de situar hasta nueve ventiladores es un gran punto a su favor para equipos de alto rendimiento en un tamaño de caja contenido, si bien no en todas las posiciones habrá espacio suficiente para un radiador de refrigeración líquida, sobre todo si, por ejemplo, el disipador del procesador es especialmente grande. Hay que controlar un poco estos aspectos si se opta por la refrigeración líquida para el equipo.
El concentrador de conexiones RGB es una opción interesante para simplificar la inclusión de más RGB en el equipo. Los cables incluidos son de tres pines y se pueden usar en placas base compatibles si así se quiere. La iluminación en sí se puede controlar desde un botón en el panel frontal sin mayor problema, variando entre posiciones preestablecidas de colores fijos o rotación de color ya que la iluminación es ARGB.
Conclusión
La caja Invader es un buen modelo de caja en el punto de los 100 euros, pero tiene competidores muy fuertes. Resultan interesantes los extras de iluminación y capacidad máxima de refrigeración, así como la tapa frontal y filtro magnéticos que permitirán acceder a la zona en un suspiro para añadir ventiladores o limpiar la rejilla.
La estética de la caja es sencilla, correcta en todos los sentidos, pero a su vez me resulta bastante atractiva. El panel de cristal hará que haya que esmerarse un poco más a la hora de colocar los cables dentro de ella para ocultarlos lo máximo posible, pero está preparada para ello con un pasacables en la zona de la tarjeta gráfica, por ejemplo. Echo en falta más posiciones para agarrar bridas o un mejor sistema de gestión del cableado, pero resulta suficiente lo que proporciona, habida cuenta de que las posiciones de los ventiladores laterales hará que haya que evitar dejar cables colgando para que no quede feo.
En general la Invader es una compra recomendable para un equipo de alto rendimiento en el que se precise de un flujo de aire máximo. Se podría usar para equipos Threadripper y Core X sin problemas con un par de tarjetas gráficas, aunque en última instancia sea una caja para equipos generalistas y no de entusiastas. Este último mercado tiene cajas, bastante más caras, que llamará más la atención a esos usuarios. Pero para el resto, la inmensa mayoría, la Invader es una caja con sólidas prestaciones.