La tendencia actual de las compañías es a poner en el mercado algún móvil absurdamente caro, porque en el terreno de los teléfonos inteligentes también existen modas. Lo que no está claro es si venden muchas o pocas unidades de estos móviles de más de mil euros, salvo compañías como Apple —sobre todo, que sí los vende en cantidad— y Samsung. Motorola ha probado suerte en la gama alta con los Edge y Edge+, de 700 euros y 1200 euros respectivamente.
El modelo base Edge tiene una pantalla de 17 cm (6.7 pulgadas) de tipo OLED con resolución de 1080 × 2340 píxeles, compatible con HDR10+ y un refresco de 90 Hz. El procesador es un Snapdragon 765 con 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento tipo UFS 2.1, así como lector de tarjetas micro-SD de hasta 1 TB. Cuenta con wifi 802.11ac, Bluetooth 5.1, NFC y 5G.
Este modelo tiene doble ranura SIM. El diseño del móvil está hecho a prueba de agua y polvo con certificado IP54, uno bastante básico para salpicaduras. La batería es de 4500 mAh con carga rápida de 18 W a través de un puerto USB tipo C. La buena pantalla está acompañada de altavoces estéreo.
La cámara trasera es de tres sensores. El principal es de 64 Mpx y apertura ƒ/1.8 con estabilización óptica de imagen, el secundario es de 16 Mpx de gran angular con ƒ/2.2 y 117º, y el tercero es de 8 Mpx para telefoto y ƒ/2.4 con zum óptico de tres aumentos. La cámara frontal es de 25 Mpx y ƒ/2.0. Graba vídeo a 4K.
El modelo más caro Edge+ mantiene la mayoría de características y diseño, aunque engorda un poco para meter una batería de 5000 mAh. El diseño cuenta con certificado a prueba de agua y polvo IP68. Pasa a tener 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento de tipo UFS 3.0, y un procesador bastante más potente Snapdragon 865. Pierde la segunda ranura SIM. Gana también carga inalámbrica de 15 W e inversa inalámbrica de 5 W, wifi 802.11ax y la conectividad 5G duplica antenas y bandas compatibles para mayores velocidades de descarga. El sensor principal trasero es de 108 Mpx capaz de grabar vídeo a 6K.