Turtle Beach ha mejorado dos de sus modelos de auriculares más populares, los Stealth 600 y Stealth 700. Esta segunda generación tiene un diseño similar con diadema a la que reforzado junto con las bisagras para que aguante más el uso diario. El aspecto no cambia mucho, pero sigue siendo un diseño en plástico que siempre ha sido el punto débil de los auriculares de la compañía. Tienen muy buen audio y prestaciones, pero el aspecto es bastante... flojo. Es un aspecto a mejorar en los auriculares de la compañía.
Ambos son auriculares inalámbricos, pero mientras que los Stealth 600 usa un adaptador USB los Stealth 700 disponen de Bluetooth, lo cual los hace más cómodos de usar hoy en día. Si bien, claro está, en zonas concurridas de conexiones como en el centro de una metrópolis puede que sea mejor usar un adaptador USB que una conexión Bluetooth que puede presentar muchas interferencias.
El diseño de estos auriculares es circumaural cerrado, con gruesos acolchamientos —en el caso de los Stealth 700 integran un gel refrigerante— para hacerlos cómodos de llevar durante horas. Disponen de transductores de 50 mm de neodimio con una respuesta en frecuencia entre los 20 y 20 000 Hz. El micrófono es omnidireccional de tipo plegable.
El modelo Stealth 600 cuesta 100 euros mientras que el Stealth 700 cuesta 150 euros. Hay versiones para PlayStation y Xbox de ambos, y los Stealth 600 a su vez tiene modelos en blanco y en negro.
Vía: TechPowerUp.