Desde que se presentara la RTX 3080 he venido comentando a los que se quieren montar un equipo y me preguntan «qué procesador cojo» que si se quiere jugar a 144 Hz probablemente lo más indicado para aprovechar su potencia sea un Core i9-10900K. A 60 Hz no creo que el procesador vaya a ser un problema, porque casi nunca lo es —para los picajosos, obviamente no vale uno de un núcleo, y creo que se entiende lo que quiero decir—. También he comentado que probablemente la frecuencia de memoria juegue un papel fundamental, y es algo a mirar ahora que la de 4400 MHz ha bajado mucho de precio.
A lo que voy es a los siguientes resultados en Shadow of the Tomb Raider y Far Cry: New Dawn que ha publicado Videocardz. En el primer caso no se duplica el rendimiento de la RTX 2080, entendiendo que está entre los indicados para la 2070 Super y 2080 Super, sino que más bien da en torno a un 50 % más de rendimiento, o un 30 % respecto a la 2080 Ti. Por mi experiencia con ese juego, deduzco rápidamente que está viéndose limitada la tarjeta gráfica por el procesador.
En el caso de Far Cry: New Dawn, la cosa es incluso peor. A FHD no hay casi diferencia entre la RTX 3080 y la RTX 2080 Ti, y solo cuando se pasa a resolución 4K UHD se consigue ver un mínimo de diferencia de rendimiento entre ambas tarjetas gráficas. Y tampoco tanta, porque sería en torno a un 22 %. Aquí está más claro que el procesador es un problema mayor, siendo además un juego con DirectX 11.
Podría sacar la conclusión de que claramente los procesadores se van a quedar atrás de las tarjetas gráficas en esta generación, pero como mi mentalidad es de ingeniero y no de primo informático, la conclusión que saco es que ambos juegos están rematadamente mal programados. No es normal que Far Cry: New Dawn tenga problemas para que un Core i9-10900K exprima la potencia de una RTX 2070 Super. La elección de juegos que ha hecho Videocardz no me aparece acertada porque da la sensación que no es, y es que la RTX 3080 no da el rendimiento prometido. Como ha mostrado Digital Foundry, sí se alcanza hasta un 100 % más de rendimiento en otros juegos mejor programados.
La solución llegará en forma de procesadores más potentes que permitan a los desarrolladores seguir haciendo auténticas chapuzas a la hora de programar los juegos como están acostumbrados. ¿Que tu procesador de diez núcleos de hace dos años no es suficiente para mover nuestro juego con la tarjeta gráfica de este año? «Pues cámbialo» te dirán en los estudios de videojuegos. Por mucho que avance la potencia de los equipos, lo que no cambiará nunca es el mínimo tiempo a optimizar sus juegos que dedican algunos estudios.
El comentario final que hago es que hay que esperar a los análisis en una variedad de juegos y escenarios, probando distintos procesadores, frecuencias de memoria e incluso placas base para ver cómo se puede exprimir mejor la RTX 3080. Y lo que tengo claro es que, visto lo visto, o los desarrolladores de juegos aprenden a hacer su trabajo o la RTX 3090 será un caro pisapapeles de 1550 euros.
Vía: Videocardz.