OPPO ha presentado otro típico móvil que solo se diferencia del resto de los del mercado en las características específicas, porque el diseño es igual a cualquier otro. Se trata de una variante del Reno5 para otros mercados solo con conectividad 4G en lugar de también 5G. Incluye una pantalla de 16.3 cm de diagonal de tipo AMOLED con una resolución de 1080 × 2400 píxeles. Tiene un refresco de 90 Hz y un muestreo de toques a 180 Hz. Cubre el 93 % de la escala de color DCI-P3 y alcanza los 600 nits de brillo máximo.
El procesador incluido es un Snapdragon 720G con 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento. Tiene doble ranura SIM, wifi 802.11ac, Bluetooth 5.1, y una batería de 4300 mAh que se recarga por un puerto USB 2.0 tipo C con hasta 50 W de carga, tardando menos de una hora en recargarse totalmente con el cargador adecuado. Incluye Android 11 preinstalado.
El sistema de cámaras trasero incluye una cámara principal de 64 Mpx y ƒ/1.7 capaz de grabar vídeo a 4K y 30 f/s así como a cámara lenta a HD y 960 f/s. La secundaria de ultra gran angular de 119º es de 8 Mpx y ƒ/2.2. La terciaria de fotomacrografía es de 2 Mpx y ƒ/2.4, mientras que la cuarta es de 2 Mpx y ƒ/2.4 para monocromo. La cámara frontal es de 44 Mpx y ƒ/2.4.
Su precio en su presentación en Vietnam es de 8 690 000 dongs, que son unos 300 euros al cambio directo —no sé si con o sin impuestos—.
Vía: GSM Arena.