Uno de los frentes pendientes por parte de los fabricantes de teclados es el de los modelos inalámbricos, que a la postre son muy buscados por los jugones. Razer ha querido cubrir la parte alta del sector con el BlackWidow v3 Pro, y ya avanzo antes de entrar en el análisis que es un teclado sensacional. Es además uno de los pocos teclados mecánicos con Bluetooth de su tipo, y por tanto resulta un producto muy interesante del que hablar. Pero, eso sí, su precio de 250 euros lo pone fuera del alcance de la mayoría.
Desembalado
La presentación del BlackWidow v3 Pro se hace en la habitual caja negra y verde que usa Razer para sus productos, destacando en la portada los interruptores mecánicos verdes, la fabricación con doble inyección de las teclas, su conectividad inalámbrica, y su iluminación ARGB. Esa conectividad inalámbrica es por Bluetooth o por adaptador USB, además de poder usarse con cable.
Al abrir la caja se ve el teclado con una clásica tapa de plástico que sirve bastante bien para proteger al teclado del polvo mientras no se está usando.Es un uso del plástico que en los tiempos que corren considero justificado. En la parte interior de la tapa hay un bolsillo con la habitual nota de agradecimiento por la compra y el manual de instrucciones. Siempre es interesante tenerlo a mano en estos productos para saber cómo iniciar el emparejamiento Bluetooth.
Debajo del teclado se encuentra el reposamuñecas, el cual tiene un buen acolchamiento y un recubrimiento de cuero sintético de calidad. También se puede ver el cable de 2 m forrado de tela trenzada con un conector USB tipo A para conectarlo al equipo anfitrión en un lado y un USB tipo C por el otro para ponérselo al teclado.
Nada más sacar el teclado de la caja se nota que tiene una fabricación de calidad. Usa una estructura de aluminio en la parte superior y plástico en la inferior. La superficie es muy sólida y con un buen acabado. Los interruptores incluidos en el modelo proporcionado por Razer, a quien quiero agradecer la colaboración para hacer este análisis, son los de tipo verde de la propia compañía. Son táctiles con clic sonoro, pero mucho más agradable que el que venía usando la compañía hasta tiempos recientes. Ciertamente no es para los que busquen un teclado silencioso, y ellos tendrían que mirar en la dirección del BlackWidow v3 Pro con interruptores amarillos los cuales son lineales sin clic sonoro.
Las teclas son de alta calidad y de doble inyección, con una buena serigrafía y una gran sensación al toque. Desafortunadamente este teclado solo se vende con la disposición en inglés estadounidense, que es la máxima pega que le he podido poner a este teclado. Es un gran inconveniente para algunos, pero para el común de los jugones y sobre todo aquellos que no sepan mecanografía —cada vez menos— probablemente les resultará indiferente. Siempre echo de menos la tecla de mayor/menor en estos teclados para programar por lo que suelo evitarlos —la disposición estadounidense tiene una tecla menos que la europea—.
En la parte inferior se pueden ver las cuatro almohadillas antideslizantes que incluye el teclado, y ciertamente una vez dejado en la mesa hay que hacer fuerza para desplazarlo. Ese efecto se pierde al desplegar los pies, los cuales tienen dos posiciones para alzar el teclado para facilitar el tecleo de textos largos o para aquellos que se sientan más cómodos con una mayor inclinación del teclado. El reposamuñecas se ajusta bien al teclado y es siempre un extra interesante para los que se pasan el día tecleando —como es mi caso—.
En la parte inferior, en un compartimento con tapa, se guarda el adaptador USB para la conexión inalámbrica en la banda de los 2.4 GHz. En el lateral izquierdo del teclado tiene un interruptor con tres posiciones para apagar el teclado, activar el Bluetooth o activar el adaptador USB inalámbrico. A su vez el Bluetooth se puede emparejar con hasta tres dispositivos y se cambia entre ellos con la tecla Fn combinándola con las teclas 1, 2 y 3. He de decir que la conexión Bluetooth es totalmente estable y no he tenido en absoluto problemas con ella en los diez días de uso que le he dado.
El teclado también incluye en la parte superior izquierda varias teclas multimedia y una ruedecilla con la que regular el volumen. Esa rueda me parece incluso mejor que la usada habitualmente por Corsair y otros fabricantes debido a la posición en la que está, sobresaliendo del teclado, porque así se puede regular sin problemas con un ligero movimiento de la mano del ratón si eres diestro. En resumidas cuentas, la calidad de construcción, conectividad y calidad de los interruptores convierten a este teclado, antes incluso de probarlo con un equipo, en un modelo excepcional. Por los 250 euros que cuesta ya puede serlo.
Características
Este teclado mide 450.7 mm × 157.9 mm × 42.3 mm y pesa 1144 g. El reposamuñecas añade 120 g más y unos 70 mm más a su tamaño. La disposición de teclas es la habitual en los extendidos (con teclado numérico), y más allá de la inclusión de una tecla Fn y los controles multimedia no hay mucho más que decir sobre la calidad y diseño del teclado. Es soberbio.
Los interruptores incluidos son los verdes de Razer, los cuales son táctiles con clic sonoro. Tienen una fuerza de actuación de 50 gF, algo superior a la de los lineales por el punto de actuación táctil, y ese punto de actuación está a 1.9 mm con un recorrido total de 4 mm. Este modelo de interruptor está más orientado a juegos de estrategia en tiempo real, juegos de rol, arena de combate multijugador y similares porque se evitan pulsaciones no intencionadas ya que al ser táctil hay que hacer más fuerza para vencer el punto de actuación. Estos
BlackWidow v3 Pro de Razer | |
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Dimensiones | 450.7 mm × 157.9 mm × 42.3 mm |
Peso | 1144 g |
Conexión | USB, Bluetooth, receptor USB |
Cable | 2 m |
Interruptores | Razer verdes, también disponible con amarillos |
Disposición de teclado | Solo de EUA |
Detección individual de teclas | Sí |
Extras | iluminación RGB por tecla, reposamuñecas |
Conexión | Bluetooth (tres dispositivos), cable USB tipo C, adaptador USB 2.4 GHz |
PVPR | 249.99 euros |
También está disponible con los interruptores amarillos de Razer, los cuales son lineales, con una fuerza de actuación de 45 gF, el punto de actuación está a solo 1.2 mm y el recorrido total es de 3.5 mm. Son silenciosos al carecer de clic sonoro, pero eso no evita que alguien que los golpee fuerte produzca mucho ruido de estas teclas. No se puede quitar el sonido del golpeteo contra la base de aluminio salvo que se le pongan arandeles de amortiguación a los interruptores. Los lineales son más adecuados para juegos de acción rápido, como los de tiros, coches, etc., donde una pulsación errónea no es tan preocupante. Es una pena que no se ofrezca con los naranjas, porque son los que me gustan (táctiles sin clic sonoro), más parecidos a los MX marrones aunque mejores para juegos de acción rápida.
El teclado también dispone de detección individual de teclas para que no se pierda ni una sola pulsación. Además, la conexión Bluetooth es de muy baja latencia, pero aun así es superior a la del adaptador USB o en su uso cableado. Realmente no se podría distinguir que introduce alguna latencia adicional respecto a los dos otros tipos de conexión. El juego con dispositivos Bluetooth ha avanzado mucho en los últimos años, sobre todo desde que se introdujo Bluetooth 5.0, y hoy en día no hay que tener miedo a desconexiones aleatorias como podía ocurrir tiempo atrás.
Programa de configuración
El programa de configuración de este teclado es el habitual Synapse 3.0 de Razer, que es el más avanzado del sector. Sigue siendo el referente, aunque compañías como Logitech y Corsair le pise los talones, aunque con más problemas en el software porque el de Razer está más pulido ahora mismo. Sin un buen programa que integre la configuración de todos los dispositivos de la marca no se puede decir que una marca tenga una buena atención al detalle, y suele ser lo que critico más de los fabricantes que intentan abrirse hueco en el sector internacional.
Volviendo a Synapse 3.0, permite gestionar todos los detalles del teclado: reconfiguración de teclas, modos alternativos, macros, iluminación ARGB, sincronización de iluminación con otros productos Chroma de Razer y otras compañías... Es realmente completo, y el gestor de iluminación de lo más avanzado que hay, aunque sigo teniendo problemas para acordarme de cómo funciona entre usos. No es del todo intuitivo, aunque lo sea mucho más que en su primera versión sin tutorial —ahora incluye uno bastante bueno—.
El programa también muestra el nivel de batería y permite decidir los tiempos de reposo de la conexión Bluetooth, por ejemplo. Solo permite un subconjunto de efectos de color mientras está en modo inalámbrico, por algún motivo que no tengo claro, me imagino que de consumo porque los efectos avanzados necesiten algún tipo de procesamiento adicional que aumente el consumo. Pero permite el tipo arcoíris o un color blanco estático, que son los que suelo usar, y con ello me basta.
El mejor teclado del mercado, a un alto precio
No es habitual ver teclado Bluetooth con interruptores mecánicos porque la combinación de ambos elementos conforma productos bastante caros. Con un PVPR de 250 euros este BlackWidow v3 Pro no está hecho para todos los bolsillos pero no se puede discutir que sea un teclado de alta calidad. Hay solo un puñado de alternativas y también tienen precios similares, por lo que en este caso no se puede decir que Razer sea el fabricante caro. Pero hay que tener en cuenta alguna cosa sobre los teclados inalámbricos para juegos.
Habitualmente uso un teclado Bluetooth, de Apple por ser más específico —el antiguo, y no el más reciente que es una basura—, y su autonomía con un par de pilas (4000 mAh) es de dos a cuatro semanas teniendo en cuenta que es una versión antigua de Bluetooth y de mayor consumo. Al poner iluminación ARGB a un teclado Bluetooth extendido, su consumo va a ser muy elevado. De hecho me ha durado unas 20-25 horas con el modo arcoíris al 25 % de brillo; con ese brillo se ve muy bien, y ponerlo a más lo veo poco útil. Con el adaptador USB la autonomía es menor. Sin embargo, desactivando la iluminación se alcanza una autonomía excelente, y es como al final lo he estado usando. Tras un par de días de uso, diez o doce horas, con iluminación lo tuve que recargar al segundo día; ocho días más tarde, sin iluminación, todavía marca batería al 50 %. Al final es como uso los periféricos inalámbricos por comodidad.
Al conectar el cable de carga se pasa a usar por la conexión USB como esté conectado a un PC. Al final se recurre a un teclado inalámbrico para quitar cables de en medio, pero si hay que dejar el USB tipo C para cargarlo puede ser un poco incordio. Aunque, eso sí, como hoy en día (casi) todos los móviles se venden con conector USB tipo C siempre se puede tener algún cable con este conector en la mesa, y será suficiente para recargarlo y quitarse de en medio el problema del emparejamiento por USB.
El teclado en sí es magnífico, con buena solidez estructural, buen diseño, buenas características, buena capacidad de configuración. Viendo el mercado tampoco se puede decir que no valga el dinero que cuesta. Si se quita la conectividad inalámbrica, muy variada y muy estable —salvo cuando está casi sin batería, como cualquier periférico inalámbrico— su precio baja a la mitad y se tiene el similar BlackWidow v3 de 150 euros. Si merece la pena gastarse cien euros más en una versión inalámbrica dependerá del equipo que tenga cada uno. Pero la autonomía del teclado es suficientemente buena ajustando la iluminación como para que se pueda mantener el cable lejos del teclado durante unos cuantos días, y es lo que se busca en estos teclados inalámbricos.