El mundo de las sillas para jugar es muy competitivo con infinidad de marcas metidas en él. Uno de los contendientes más recientes es Backforce, una empresa alemana derivada de la reputada Interstuhl Büromöbel de sillas de oficina, Interstuhl, que se ha centrado en el modelo One del que voy a hablar en este análisis, aunque tiene una variante llamada One Plus que es muy parecida.
Utiliza materiales de alta calidad y está hecha en Alemania, lo cual siempre es un extra de coste hoy en día. Porque con un precio de 479 euros más gastos de envío que se quedará en unos 540 euros a España —varía a otros países europeos—, ciertamente no es una silla barata.
Videoanálisis
Desembalado y características
La Backforce One llega en una enorme caja que supera los 30 kg de peso con la cual habrá que tener cuidado porque sirve para facilitar el montaje de la silla. Al abrirla lo primero que habría que hacer es localizar la hoja con las instrucciones de montaje y seguirla. Tiene un montaje muy sencillo, por lo que no es realmente necesario seguirla salvo que se esté solo porque precisa de atornillar el respaldo al asiento. Es en ese punto en el que la caja permite apoyar el respaldo para atornillarlo.
La silla se ofrece en color negro con los remates en diversos colores, pudiéndose configurar fácilmente en la web de la compañía. El modelo recibido está hecho enteramente de tela transpirable, pero lo normal son las versiones con partes de cuero. Es de agradecer este modelo ya que sabiendo cómo son los veranos de España el cuero termina desgastándose rápidamente con el sudor además de que da aún más calor.
El asiento está hecho de una doble zona de acolchamiento y me resulta realmente cómodo. La interior es más blanda y la exterior más rígida, aunque crea un bordillo en torno a la zona principal. Otras sillas gaming son más duras, pero a la larga me resultan incómodas. Este tipo de acolchamiento para el asiento me resulta ideal, además de que el asiento en sí es bastante cómodo y está pensado para todo tipo de personas.
Un problema relacionado con la doble zona de acolchamiento es que crea un bordillo que a ciertas personas les podrá resulta incómoda, forzándoles a sentarse más hacia adelante. En mi caso no me ha ocurrido y sigo manteniendo con esta silla una postura ergonómica.
El sistema de pistón grado 4 permite que usen la silla cómodamente personas de entre 45 kg y 130 kg, estando diseñada ergonómicamente para personas de entre 151 cm y 192 cm. Ningún diseño se ajusta bien a todos, por lo que para unas personas resultará mejor que para otras. En mi caso, me va perfecta. El asiento resulta totalmente estable, no hace ruido cuando me remuevo en la silla, y se va adaptando bien a los cambios de posición.
El respaldo incluye una pieza de madera recubierta por una placa de plástico rígido de buen diseño. En la parte superior va un disco led con iluminación blanca con el logo de Blackforce. La forma y estructura del respaldo le da cierta flexibilidad. Hay una zona de refuerzo lumbar para favorecer que se tome una buena posición mientras se usa la silla, aunque a unos les quedará en mejor posición que a otros, como suele ocurrir con cualquier silla.
Los reposabrazos solo permiten su ajuste en altura en cuatro posiciones distintas, pero a diferencia de otras sillas se pueden abatir. Es un detalle curioso, aunque bueno ya que permitiría acercar aún más la silla a la pantalla en caso de que choquen con la mesa. La silla incluye una leva a la derecha para modificar la altura de la silla y un regulador en la parte izquierda para reclinar la silla —con dos posiciones: fija y basculante—. No se puede echar mucho hacia atrás, unos 25º, lo suficiente para quedar un poco recostado y ver vídeos más relajado, por ejemplo. En cualquier posición resulta una silla muy estable.
La base en estrella está hecha de aluminio con ruedas de 50 mm. Estas ruedas deslizan muy bien y no hacen ruido. Es un punto bastante a favor de esta silla porque otras igual de caras que he probado deslizan bastante peor y al final rayan el parqué. Por lo demás, los remates de costuras, calidad de materiales y otros detalles de la silla son sobresalientes.
Una gran silla para jugones
Esta Backforce One es una silla muy buena que agradará a la mayoría, pero no a todo el mundo. Cada uno tiene una forma de sentarse, tiene una altura y corpulencia distinta, y al final es imposible que un fabricante cree una silla que sea perfecta para todo el mundo. En mi caso, me resulta estupenda, teniendo en cuenta que mido 190 cm y peso unos 80 kg.
El refuerzo lumbar se ajusta bien a mi espalda teniendo el respaldo totalmente echado adelante. Mis posaderas quedan metidas dentro de la amplia zona del asiento en sí, a diferencia de otras sillas que he probado igualmente caras, como por ejemplo la Epic de Noblechairs. A diferencia de esta última que tiene un asiento muy rígido, el del One usa un acolchado más blando y con el que me siento mucho más cómodo. Además, estando forrado en tela en este modelo no se acumula nada de calor, al menos teniendo la casa a unos 26 ºC. No creo que en verano haya mucha diferencia siendo tela.
Quizás lo que más me guste de este modelo es su diseño más bien neutro. Tengo la silla puesta en mitad del salón en la zona que usamos de oficina ya que teletrabajamos y es el mejor sitio para hacerlo en una casa pequeña. Tiene un aspecto mucho más de silla de oficina al elegir los remates en colores discretos, o este modelo íntegramente de tela ya que se oferta todo en negro.
Los reposabrazos son bastante cómodos ya que son como de goma semirrígida. Se hunden ligeramente con el peso, lo suficiente para que no moleste al tener los brazos mucho tiempo sobre ellos. Aunque solo se puedan ajustar en altura, no echo en falta que se puedan separar o acercar más, y tampoco inclinar. Personalmente me quedan perfectos, teniendo en cuenta que el asiento es bastante ancho.
Sobre el disco iluminado incluido con la silla, es un añadido que me resulta indiferente aunque he de decir que queda bastante bien. Solo tiene iluminación blanca, pero le da un toque algo más especial aunque no lo suela tener encendido. Me gustan más los parches personalizados con velcro, lo cual sí me parece una excelente opción de personalización y solo suma 25 euros más el coste de una silla que de por sí cuesta 540 euros con el envío a España. Las opciones de color son variadas y se adaptarán bien a los deseos de cualquier jugón.
He probado diversas sillas caras para jugones, y aunque no tenga tantas opciones de personalización que otras —regulación de zona lumbar o reposabrazos 5D—, me parece mucho mejor silla. Además de porque me resulta mucho más cómoda, es de tela, los materiales son de gran calidad y se acompaña de una garantía limitada de diez años.
Es de montaje sencillo: se ponen las ruedas a la base, se pone el eje, se pone encima el asiento y se atornilla el respaldo. Ya está. Además, la caja está pensada para ayudar en este proceso por si no tienes a alguien cerca para que te sujete el respaldo mientras lo atornillas, lo cual demuestre que Backforce ha pensado bien todos los aspectos de la silla.
Pero termino esta conclusión con cómo la he iniciado: puede no ser una silla para todo el mundo. Si tienes tendencia a sentarte de alguna forma rara, la combinación de tu peso o tu altura, la altura de la mesa con la que la vayas a usar y otros factores pueden hacer que a ti no te resulte tan cómoda como me lo parece a mí. Y estoy diciendo que me parece mucho más cómoda que una Epic de Noblechairs, por lo que es un duelo en las alturas del sector que en mi caso ha ganado Backforce.
Con un montaje sencillo, materiales de alta calidad, exenta de ruidos raros, ruedas que se deslizan a la perfección, buena sujeción lumbar, buena estabilidad y unos reposabrazos muy cómodos, la Backforce One me parece una gran silla para juegos.