Dentro de la apuesta que está haciendo Razer por el equipamiento para locutores se encuentra el Stream Controller. Es una pequeña consola de edición muy versátil que en realidad es una colaboración con Loupedeck, una empresa bastante famosa por este tipo de productos. La idea de Razer con el Stream Controller es la de ofrecer más herramientas a la creciente cantidad de locutores que hacen directos jugando, pero con una experiencia más personalizada y adaptada a su catálogo.
Videoanálisis
Desembalado
El Stream Controller llega en la habitual caja verde y negra de la compañía, con los elementos separados con cartones reciclados. La pantalla del Stream Controller está protegida por una lámina de plástico retirable. Dentro de la caja se puede encontrar la nota de agradecimiento por la compra, un manual con información de interés sobre su uso y puesta a punto, un par de pegatinas y un cable USB tipo C en ele a un USB tipo A, siendo de 2 metros y forrada de tela trenzada.
Esta consola de edición tiene un tamaño de 151 mm × 101.5 mm × 30.2 mm y pesa 210 g. Se incluye junto a él un pie para alzarlo. Es plenamente compatible con macOS y Windows gracias al programa de Loupedeck que es la que realmente ha desarrollado este dispositivo, aunque se ha adaptado a las necesidades jugonas de los clientes de Razer añadiendo algunas características adicionales. En la parte trasera tiene el conector USB tipo C.
La pantalla en realidad son doce botones táctiles con pantalla de baja resolución a color. A los lados hay dos pantallas más grandes que indicarán las funcionalidades asignadas a las tres ruedas que hay a cada lado. En la parte inferior hay un botón de inicio y siete botones adicionales. Normalmente se usarán para cambiar entre varias pantallas de acciones, aunque también se les puede asignar acciones. Si son una pantalla estarán en verde, y si son una acción se iluminan en morado.
Configuración y uso
El programa de configuración es Loupedeck, mismo nombre que la compañía que lo desarrolla, y se puede descargar desde su página web. Es el mismo que el utilizado con el resto de sus consolas de edición, que es lo que permite que tengan versatilidad. El uso del Stream Controller se basa en diversos perfiles para programas entre los que se puede ir alternando, aunque generalmente detectará automáticamente el que está en uso y cambiará la disposición de la consola para mostrar las herramientas oportunas.
Lo he probado principalmente en macOS. Ahora mismo uso principalmente Photoshop, Illustrator y Final Cut Pro, y para todos hay perfiles específicos entre los que va cambiando solo. Por ejemplo, el perfil de Final Cut Pro consiste en una pantalla para edición del vídeo, otra para herramientas de color y otra para las de audio. Las ruedas van cambiando su función, por ejemplo para graduar el brillo, la saturación o el contraste de un clip.
No todas las opciones me parecen de utilidad porque muchas es más sencillo aprenderse el atajo de teclado. Pero otras, para cambiar gradualmente el brillo o contraste, la consola aporta un ahorro de tiempo y mayor comodidad de uso que es lo que se busca con estos productos. Me parece un sistema muy útil.
Más allá de los perfiles, el programa Loupedeck permite personalizar todos los aspectos de la consola, empezando por la creación del perfil por defecto. La pantalla diseñada por Razer incluye un lanzador de aplicaciones o webs como OBS, Steam, Facebook, Battle.net o Spotify. La mayoría de esos atajos no me son de utilidad, por lo que lo primero que he hecho es eliminar todo aquello que no me interesa y añadir otras cosas más interesantes.
Por ejemplo, alguien podría asignar ajuste de volumen a la rueda inferior derecha que es algo que se cambia continuamente. Para simplificar las cosas, el programa ofrece una serie de acciones preestablecidas que solo hay que arrastrar al botón que se muestra en la aplicación. Lo que se ve en ella se replica en la consola en vivo, y todos los cambios se aplican al momento. La biblioteca de acciones es extensa, aunque permite crear acciones propias. Eso incluye el lanzamiento de la aplicación que se quiera —como un juego—, creación de macros, etc. Es un programa realmente completo y potente, con máxima capacidad de personalización.
La diferencia entre este Stream Controller y el Live de Loupedeck es la inclusión de perfiles de configuración y complementos que permiten controlar los productos de Razer. Por ejemplo, los que tengan un Key Light Chroma lo podrán controlar directamente desde el Stream Controller y solo tendrán que ir al mercadillo de Loupedeck para descargar el perfil de uso. Hay más opciones de integración con programas de retransmisión, como OBS, por lo que es muy completo.
Conclusión
Lo primero que he de decir sobre este producto de Razer es que básicamente no es de Razer. El Stream Controller es una versión remarcada del Live de Loupedeck, con el mismo PVPR de 269 euros, pero con el logo de Razer puesto en él y una serie de personalizaciones en el programa Loupedeck de gestión. La idea detrás de esta colaboración es claramente dar a conocer más los productos de Loupedeck, con la mejor distribución que aporta Razer, sin que Razer tenga que pasar por todo el coste de desarrollar una mesa de edición. Los locutores son los que salen ganando.
Pero no solo sirve para la retransmisiones, y de hecho creo que es en lo que menos utilidad tiene. El público objetivo de este tipo de productos son los profesionales que se dedican a edición de todo tipo, tanto vídeos como imágenes o lo que sea que se dediquen en su día a día. La alta configurabilidad del Stream Controller hace que su utilidad se vea solo limitada por la imaginación del usuario.
Al no utilizar el programa de configuración de Razer hace que sea un producto que funciona igual de bien tanto en Windows como en macOS, siendo esta última plataforma que concentra un alto porcentaje de los diseñadores gráficos y editores de vídeo. Me incluyo en ese porcentaje de diseñadores que trabajan en Mac, y es donde he probado el Stream Controller con el programa Loupedeck.
Con la política de seguridad de Apple reforzada en macOS, hay ciertos permisos que hay que ir dando aplicación por aplicación para que se integre sin problemas. Pero una vez hecho, el Stream Controller funciona a la perfección. En Windows no hay tantos problemas y se integra con todos los programas desde el primer momento.
Como he comentado en su configuración, hay perfil para Final Cut Pro, que es el programa que uso para editar los vídeos de los análisis. El Stream Controller resulta tan útil durante el proceso de creación como cualquier mesa de edición profesional, pero sin su coste. Obviamente, salvando ciertas distancias tecnológicas. Pero poder cambiar el zum de la línea temporal girando una rueda, o ir avanzando de la misma forma fotograma a fotograma, por no mencionar los mil y un atajos a acciones comunes resulta utilísimo. Los más veteranos se conocerán todos los atajos de teclado, pero muchas acciones no tienen una o son una combinación que se usa pocas veces y al final nunca te acuerdas de ella.
No faltan perfiles para Photoshop, Premier Pro o Illustrator, entre otros, y siempre se puede recurrir al mercadillo de Loupedeck para descargar otros perfiles de configuración del Stream Controller para otros programas o perfiles simplificados para, por ejemplo, Final Cut pro. Los perfiles que aporta Loupedeck son tan complejos que pueden aturullar de vez en cuando.
Obviamente este tipo de mesa de edición también se pueden usar en juegos. Créate un perfil para un MMORPG y podrás asignar todo tipo de macros y acciones a sus botones, ruedas y pantalla. Se venden cosas similares en forma de botoneras para jugar, teniendo Razer alguna que otra en su catálogo. Pero no es un producto a comprar simplemente para jugar, si bien se agradece mucho esa versatilidad.
El PVPR de 269 euros es alto, pero la versatilidad que tiene no la ofrecen muchos productos. Hay alguna alternativa más barata de otras compañías como Elgato, pero son mucho más simples, menos versátiles, y están menos preparadas para edición. La clave en el Stream Controller son las ruedas que incluye, que como he dicho me resultan de lo más útiles a la hora de usar Final Cut Pro. El precio es elevado, pero el producto lo vale. Lo que hay que tener en cuenta es que es un producto para explorarlo, lo cual puede llevar días de trastear con él, para reorganizar el flujo de trabajo y poder ganar realmente tiempo con él, ya se trabaje, emita o juegue.