Broadcom es uno de los principales fabricantes de chips y productos de interconexión del planeta con intención de afianzarse en otros sectores y eso le llevó a anunciar la compra de VMware el pasado mayo. El montante de la operación son 61 000 millones de dólares, y siendo ambas empresas públicas no se espera que obtengan todos los permisos para cerrar la transacción hasta al menos mediados de 2023. De momento tiene que salvar el escrutinio de la Comisión Europea, que de entrada no parece demasiada contenta con el acuerdo y por eso llevará a cabo una profunda revisión del acuerdo.
El principal órgano de gobierno eurounidense teme que Broadcom adquiera una posición dominante en el sector de la virtualización en centros de datos tras maximizar la interoperabilidad del software y hardware de ambas compañías, en detrimento de la oferta de la competencia. Como siempre, esa posición dominante podría llevar a mayores precios de los productos, menor calidad y menos innovación para los consumidores.
También teme que el acuerdo lleve a una peor interoperabilidad entre el programa de virtualización de VMware y los servidores de la competencia, o que Broadcom elimine la posibilidad de que los programas de VMware funcionen en los servidores de la competencia.
La Comisión Europea estudiará en profundidad el acuerdo y sus implicaciones, y tiene hasta el 11 de mayo de 2023 para publicar sus conclusiones. Es pronto para decir si la CE está a favor o en contra de la transacción porque el anuncio de la apertura de la investigación es breve y está obligada a hacerla por las leyes de la UE.
Fuente: Comisión Europea. Vía: TechSpot.