Logitech G ha renovado los auriculares Pro X Wireless con un modelo que se centra aún más en la calidad del sonido. Son los Pro X 2 Lightspeed, un modelo de conectividad variada y que pueden resultar muy interesantes para los que quieran una buena calidad de sonido en sus microauriculares, con la ventaja de tener un micrófono retirable y de ser bastante cómodos. Pero la seña de identidad son los transductores de grafeno, un material que poco a poco empieza a llegar a más productos.

Análisis

Desembalado

Los Pro X 2 Lightspeed de Logitech G, la marca jugona de Logitech, llegan en una caja negra que en la portada hace hincapié en la conectividad Lightspeed (adaptador USB), Bluetooth y los transductores de grafeno. En la parte trasera hay un listado de las características en grandes letras, y en un lateral están las características técnicas, por lo que toda la información de los microauriculares están en la propia caja.

Nada más abrirla se verá en la contraportada cómo encenderlos y conectarlos de manera inalámbrica con sus dos sistemas. También está la URL del programa de configuración, Hub, y de la página de asistencia técnica. Los Pro X 2 Lightspeed llegan con un par de bolsas de tela protegiendo las copas, y debidamente embutidos en una bandeja de cartón.

Al cogerlos se nota que son de una gran calidad. Son circumaurales de diadema en la que ha recurrido a un cuero sintético de muy alta calidad para las almohadillas de las copas y para la diadema en sí. El cosido de esta última le da un aspecto muy bueno, y al tacto todo es excelente.

Dentro de la caja también se incluyen varios extras. Hay un cable de unos dos metros con dos tomas de 3.5 mm de cuatro polos, otro cables con un USB tipo A a un USB tipo C para recargarlos, el adaptador USB inalámbrico curiosamente con una toma de 3.5 mm, un par de almohadillas adicionales de tela, una bolsa negra de transporte con el logo de Logitech G, y el habitual manual con información de seguridad, garantía y conformación legal. Los cables son de plástico blando en lugar de estar forrados de tela.

La diadema está hecha de aluminio y acero para dotarla de la máxima solidez. Se puede extender fácilmente, y está graduada por lo que es fácil quedarse con la posición en la que se sienta uno más cómodo para luego volver a ella si se repliegan las copas. Por ejemplo, cuando se les transporte o si te los toman prestados en algún momento.

Las copas tienen una superficie con una placa metalizada con brillos y el logo de Logitech G. Las almohadillas incluyen viscoelástica con un recubrimiento de cuero sintético que resulta muy agradable al roce. Permiten el ajuste en dos ejes, por lo que es fácil encontrar una posición que sea cómoda para casi cualquier usuario —que al final esto de la comodidad de llevar los auriculares es algo totalmente subjetivo—.

Los microauriculares hacen algo de pinza para mantenerse en su sitio, pero no me ha resultado molesto y además he podido usarlos con gafas sin que me hayan molestado lo más mínimo. Las almohadillas son fácilmente intercambiables, aunque la diadema, al usar también cuero sintético, también se desgastará con el tiempo y será más complicado cambiarla o encontrar repuestos baratos.

En la copa izquierda se puede ver el interruptor de encendido con un led que indicará en verde o azul a qué está conectado inalámbricamente, una rueda de volumen, un botón para silenciar el micrófono, la toma USB tipo C, un botón para emparejar un dispositivo Bluetooth, y una toma de 3.5 mm para el micrófono flexible retirable, el cual viene con una espuma para filtrado. En la otra copa solo está la toma de audio de 3.5 mm.

Características

Estos auriculares se caracterizan por sus transductores de grafeno, y realmente hacen un buen trabajo reproduciendo el sonido. Son de 50 mm, con una respuesta en frecuencia entre los 20 Hz y 20 000 Hz, una impedancia de 38 ohmios, y una sensibilidad de 88 dBm. Reproducen contenido con los códecs AAC y SBC.

Su peso es de unos 345 g, por lo que son más bien pesados, pero como hacen un buen reparto del peso se notan perfectamente cómodos y se pueden llevar puestos durante todo lo que haga falta. Al menos en mi caso, porque esto siempre es algo subjetivo.

Para la conectividad cuentan con Bluetooth 5.2, además del adaptador USB y conexión de 3.5 mm. La conectividad inalámbrica es perfectamente estable, tanto por Bluetooth como por el adaptador USB, con un buen alcance que según Logitech G puede ser de hasta 30 m según las condiciones del entorno.

Sobre la autonomía, la compañía promete en torno a las 50 h, aunque dependerá bastante de lo que se use para la conexión. Si se usan por ejemplo por Bluetooth con el sonido a un 30 % del máximo, los he podido usar en torno a siete horas al día durante cinco días, tras lo cual todavía le queda en torno al 50 % de batería.

Pro X 2 Lightspeed de Logitech G
TipoCircumaurales cerrados
ConexiónBluetooth 5.2, 3.5 mm, USB
Impedancia 38 Ω
Respuesta en frecuencia20 a 20 000 Hz
Transductores50 mm de grafeno
Sensibilidad88 dBm
CódecsAAC, SBC.
Audio envolvente
Autonomía inalámbrica50 h
Micrófonounidireccional
- Frecuencias100 a 10 000 Hz
PVPR289 euros (junio 2023)

Usando el adaptador USB la batería ha bajado al cincuenta por ciento más rápido, en unos cuatro días usándolos esas siete horas al día para escuchar mayormente música y jugar por la noche, por lo que me imagino que la marca de 50 h mencionada por Logitech es para el adaptador USB. Si se usa mucho el micrófono bajará algo más rápido, pero tampoco muchísimo más, por lo que no variará en gran medida.

Sea como sea, la autonomía me parece que está bastante bien para el tipo de auriculares que son, y al menos por Bluetooth deberían aguantar prácticamente una semana de mucho uso antes de necesitar recargarse. Pudiéndose usar mediante se recargan, no creo es que la autonomía vaya a ser jamás un problema.

El micrófono es de tipo unidireccional con una respuesta en frecuencia entre los 100 Hz y 10 000 Hz. Mi experiencia con él ha sido un poco decepcionante porque, aunque es bueno, por casi 300 euros de PVPR de los Pro X 2 Lightspeed no es tan bueno como debería. Se escucha bien, pero no tiene la suficiente claridad como dan otros microauriculares de la mitad de su precio. No esperaba el sonido del micrófono de estudio de Røde que uso para los videanálisis, pero sí que fuera mejor de lo que es. El PVP de los auriculares bajará, quizás rápido, pero este micrófono quizás sea más propio de unos microauriculares de cien o ciento cincuenta euros que de unos de casi trescientos.

Programa de configuración

El programa de configuración de Logitech G está disponible para Windows y macOS. El programa se llama simplemente Hub, y sirve para todos los dispositivos modernos de la compañía. Los Pro X 2 Lightspeed no se pueden configurar mediante Bluetooth, por lo que hay que conectarlos al equipo mediante el adaptador USB. Es también desde donde se realizarán las actualizaciones del firmware de los auriculares en caso de ser necesario por parte de Logitech G.

En un par de pestañas se quita toda la configuración de los transductores y del micrófono. Eso incluye un discreto ecualizador de cinco bandas, con varios preajustes, aunque me resulta bastante mejor dejar simplemente el preajuste por defecto, el llamado 'plano', porque es como mejor he notado que se escucha la música.

El micrófono tiene algo más de configuración, pero no mucho más. Se incluye el sistema Blue Voice de Logitech G, que es simplemente la aplicación de filtros. Hay una docena de preajustes entre los que elegir, y por defecto está seleccionado uno para locutores, que como se ve en la imagen de arriba simplemente es una ecualización en tres bandas (150 Hz, 400 Hz y 6200 Hz). Hay algunos que modifican demasiado mi voz, por lo que he preferido dejar el de locutor. Se puede comprobar directamente desde la aplicación cómo suena cada preajuste.

Conclusión

Logitech G renovó sus mejores auriculares con el Pro X 2 Lightspeed, y apela a un usuario bastante específico que quiere la mejor calidad de sonido mientras juega. La versión anterior, los Pro X Wireless, se han vendido bien y en realidad este modelo no rompe con el anterior. Lo optimiza a nivel de características, pero la estética es similar, mejorando algunos materiales en el proceso. Pero físicamente son prácticamente iguales. La diferencia está en el sonido, que no es poco.

Los transductores de grafeno incluidos dan una calidad de audio excepcional, y acompaña bien que proporcionen una amortiguación del ruido externo algo mayor que otros modelos para jugones similares. No tienen cancelación de ruido, que por 290 euros de PVPR deberían haberlo incluido, y quizás sea una pega.

Para comprobar la calidad de la reproducción de música, suelo pasarme un par de horas de comparar canciones con los QuietComfort Q35 II que uso habitualmente. En esta ocasión los graves se ven mejorados, sonando con buena potencia y claridad, aunque la respuesta en frecuencia no es plana, notándose bastante más en los agudos y menos en los graves, los cuales los he notado con un sonido algo más cálido que los de los QC35 II, con esos graves pegando claramente más, pero sin ser excesivo y sin molestar en absoluto. La canción Blood || Water de Grandson que uso para comprobar hasta dónde llegan los graves y su calidad me ha dejado con una sensación muy positiva.

Realmente con estos auriculares cualquier tipo de música suena bien, desde el pop hasta la música de baile pasando por la alternativa o el propio rock, aunque no son auriculares para audiófilos. El rock duro, o más específicamente el heavy metal, se ve algo beneficiado de ese ligero extra de graves que tienen, aunque arrastra a las frecuencias medias. Las altas no están mal representadas, pero se alejan de lo ideal. Canciones como The writing on the wall o Two minutes to midnight, de Iron Maiden, son ejemplos de ello. Aun así, la música se escucha realmente bien, incluso con un poco más de definición que otros auriculares de 200 o 300 euros. Para unos microauriculares para jugar, ni tan mal.

En cuanto al sonido en juegos, pues hay poco que decir que no haya dicho ya. Los graves potenciados hace que los juegos de tiros suenen mejor, la claridad del audio que tienen permite que se ubique mejor pisadas y otros sonidos que podrían pasar más desapercibidos en otros auriculares más baratos, y el sonido envolvente es resultón.

Aunque pesan 370 g, cien más de los auriculares que uso habitualmente, los he notado bastante cómodos. El cuero sintético de las almohadillas y diadema es de gran calidad, muy bueno para el día a día, aunque para todo el uso que les doy prefiero que haya tela en la diadema; es más caro cambiarlas cuando son de piel y se desgastan con el uso. Pero no me han molestado con las gafas, los he podido llevar durante las horas que hagan falta —hasta que se me saturan los propios oídos—, y es un terreno que los Pro X 2 Lightspeed tienen bien cubierto.

La conectividad variada, apta para uso por Bluetooth, USB y toma de 3.5 mm, es la adecuada para que sirvan bien en cualquier plataforma en la que se juega, ya sea PC, consolas o móviles. En ellos el sonido siempre se ve beneficiado, con un decente sonido envolvente que es resultón y favorece la inmersión en juegos. Junto con una autonomía suficientemente buena, la única pega en realidad es el micrófono.

Está bien, pero para el precio de los auriculares me ha dejado un poco indiferente. Graba bien, pero suena ligeramente enlatado y tiene propensión a capturar el ruido de la respiración porque si no se aumenta la ganancia del micrófono habrá que acercárselo hasta tenerlo prácticamente pegado a la boca para que se grabe con un nivel de sonido adecuado. Eso sí, aumentar la ganancia no añade prácticamente ruido, pero suena cada vez más enlatado.

Pero no lo malinterpretéis: es un buen micrófono, lo que pasa es que para 270 euros me esperaba más. Como todos los productos de Logitech, su PVP bajará rápido hasta unos niveles donde será una compra más interesante, y la falta de cancelación activa de ruido y la calidad de micrófono pasarán a ser un intercambio adecuado por su punto fuerte, que es su gran calidad de sonido.