Razer ha recuperado uno de sus productos más antiguos, los auriculares Moray, para darles una vuelta de tuerca cuanto menos interesante. Están orientados a profesionales, con el foco puesto en el sonido prescindiendo totalmente del micrófono, por lo que no son un producto tan orientado a jugones, aunque también les sirva sin no tienen que hablar. También es un producto con sonido THX y una ergonomía excelente, y algunos detalles más de los que merece la pena explorar.
Desembalado
Los auriculares Moray de Razer llegan en la habitual caja negra y verde de la compañía, donde deja claro que quiere que son monitores intrauriculares ergonómicos. Destaca los transductores híbridos, su forma de perfil bajo —sea lo que sea lo que quiera decir con eso—, y que proporcionan una mejor insonorización pasiva.
Por la parte trasera se puede ver todo lo que contiene la caja, sin abundar en detalles técnicos. Nada más abrir la caja se puede ver el manual de instrucciones, luego los Moray en una bandeja de espuma, yendo por debajo suya el cable de conexión hasta un encarte de cartón debajo de ella.
También hay otra caja de cartón en el que va el estuche de transporte hecho de cuero y a prueba de salpicaduras, dentro del cual hay un mosquetón y un conjunto de puntas, tanto de espuma gruesa para favorecer la reducción pasiva del ruido externo como de silicona, en tres tamaños (S, M y L).
La forma que tienen estos auriculares es bastante interesante. Siendo unos intrauriculares, tienen una gran cabeza con el mástil saliendo haciendo el frente, por lo que el cable rodea la oreja par ala parte superior. Lo que puedo decir a este respecto es que son fáciles de poner y de que se queden en su sitio.
Características
Razer ha creado para estos intrauriculares unos transductores que califica como híbridos duales. Uno de los transductores de cada auricular tiene por un transductor de armadura equilibrada que es una armadura de metal con forma de lengüeta entre dos imanes, y por otro un transductor dinámico. El resultado es excelente.
Tiene una respuesta en frecuencia entre los 20 y 24 000 Hz con una sensibilidad de 106 dB. Razer pone en el foco a su sonido THX certificado de alta fidelidad, lo que asegura que el sonido se reproduce a la perfección. Bueno, puede que no sea totalmente así, pero lo cierto es que los Moray reproducen el sonido de una manera estupenda, con cierta ligera mejora de los graves, pero todo tipo de música suena bastante equilibrada.
Moray de Razer | |
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Tipo | Intrauriculares |
Conexión | 3.5 mm |
Impedancia | 32 Ω |
Respuesta en frecuencia | 20 a 24 000 Hz |
Transductores | híbridos |
Sensibilidad | 106 dB |
Códecs | AAC, SBC. |
Audio envolvente | THX |
Micrófono | No tiene |
PVPR | 150 euros, 130 dólares |
Conclusión
No soy de llevar intrauriculares en mi día a día porque mis oídos se cansan rápido de ellos. Unas veces por la forma o el peso y otras por el sonido. Tenerlo tan metido en el canal auditivo me termina cansado a las tres o cuatro horas como muchísimo. En esta ocasión, he notado muy cómodos los Moray, y sí he podido llevarlos por su forma sin problemas durante cinco o seis horas a un nivel de sonido del 20-30 %, hasta que finalmente me he cansado de llevarlos puestos. Lo cual es una buena mejora en cuanto a ergonomía y uso.
Si se ponen las puntas de espuma la amortiguación me parece suficientemente efectiva. No tendrán cancelación activa de ruido, pero tampoco lo he echado demasiado en falta. Pero de estos intrauriculares lo más importante es el sonido, que en general me ha parecido excelente.
El sonido no es totalmente neutro, pero sí que lo he notado natural, al menos comparado con los auriculares que uso a menudo, aunque son para otro sector distinto —unos QuietComfort 35 de Bose—. Los graves se notan quizás un poco más potentes de lo que debería, pero ni molesta ni desvirtúa las canciones. De hecho llega a graves suficientemente profundos como para que canciones como la habitual Blood || Water de Grandson que uso para comprobarlos suenen estupendamente. Es un apartado que me ha impresionado gratamente.
Las frecuencias medias están bien representadas y las altas también, sin dejarse arrastrar por esos graves ligeramente mejorados, haciendo honor a ese certificado THX que incluyen. Realmente en el terreno del sonido no puedo ponerles ninguna pega porque lo he notado muy bueno, siempre teniendo en cuenta que son unos intrauriculares. Tienen de una reproducción de sonido de la mejorcita que he probado en los últimos años.
La mayor pega que van a tener es el PVPR. Cuestan 130 dólares o 150 euros, que es mucho para unos intrauriculares con cable, pero son los preferidos por muchos locutores cuando hacen directos para monitorizar lo que se está grabando durante la retransmisión. Pocos intrauriculares mejores van a ser mejores, pero hay unos cuantos con un PVP más barato que pueden equilibrar que no sean tan buenos. Lo mejor es enemigo de lo bueno. Con ese precio choca con una miríada de buenos pinganillos Bluetooth, incluso de la propia Razer. De ahí que sean un producto que al final caigan en un nicho de mercado a pesar de su enorme calidad intrínseca.