AMD prepara usar el chip Phoenix, el monolítico para los Ryzen 7000 de portátiles, en el sector de los PC de sobremesa. La ventaja de este chip es que incluye una unidad gráfica integrada, y la Radeon 780M de los más potentes es suficientemente buena para jugar a FHD y 60 f/s a calidad media en muchos juegos que no sean excesivamente exigentes. En los más modernos, bueno, se limitará a calidad baja, o habrá que jugarlos con FSR, a HD o a 30 f/s. Pero es una iGPU decente para jugar. Los procesadores con esta iGPU serán los Ryzen 7000G, y los fabricantes de placas base ya se están preparando para ellos.
La primera en distribuir una actualización de BIOS para estos procesadores es ASRock, primeramente para las de chipset X670. Se indica en la web de la compañía que se añade compatibilidad con el chip Phoenix, y también que se ha utilizado el AGESA 1.1.0.0 en su versión pública más reciente. Se espera que AMD lance al menos dos procesadores con una unidad gráfica integrada potente, los Ryzen 3 7300G y Ryzen 5 7500G. Casi todos los Ryzen de sobremesa ahora integran una GPU, pero de muy baja potencia, tan solo en torno a 0.5 TFLOPS. El chip Phoenix tiene una potencia de cómputo de en torno a 8 TFLOPS, aunque está inflada por la arquitectura RDNA 3. Para hacer comparaciones un poco más coherentes con RDNA 2 hay que dividir esa potencia por dos, por lo que sería una iGPU de 4 TFLOPS.
Vía: Videocardz.